A través de una iniciativa del Plan de Formación para la Colaboración en Centroamérica (PFCAM), mujeres en las obras de la Compañía de Jesús compartieron reflexiones en torno a una colaboración equitativa en la misión.
Rosario Martínez, Anny Guinand y Andrea Monroy, tres mujeres que, desde su experiencia académica y laboral y sus vivencias personales, están ligadas a la misión de la Compañía de Jesús en Centroamérica, participaron en el conversatorio «El papel de las mujeres en la Compañía de Jesús: Antecedentes, situación actual y desafíos». Las tres panelistas guiaron una jornada de diálogo para analizar el panorama de la participación femenina en la misión de la Compañía visto desde la docencia, la planificación y el acompañamiento espiritual, dimensiones de trabajo desde las que apoyan.
El conversatorio inició con un breve recorrido histórico de las mujeres en la Iglesia con la premisa de que han «estado presentes en la historia, pero falta el trabajo de reconocimiento», a cargo de Andrea Monroy, académica y docente que ha acompañado a obras de la Compañía desde estas ramas. En este sentido, la discusión giró en torno al papel de las mujeres en las primeras comunidades de cristianas y cristianos, las primeras órdenes religiosas exclusivas de mujeres hasta llegar a las discusiones de la participación y la vocación de las mujeres en la Iglesia actual.
La síntesis del contexto histórico de Andrea Monroy dio paso a la discusión del papel actual de las mujeres en la Compañía de Jesús a cargo de Rosario Martínez, secretaria del Consejo Nacional Apostólico de Guatemala y Delegada de la Provincia ante el Grupo de Género e Igualdad de la Conferencia de Provinciales de América Latina (CPAL). En esta parte del encuentro, Rosario comentó sobre los esfuerzos concretos de la Compañía en camino a la participación equitativa en las misiones, que dio paso a encuestas y encuentros sobre la necesidad de mejoras de las condiciones de las mujeres en la participación, las jerarquías y ciertas situaciones de violencia laboral.
De acuerdo con Rosario, fue gracias a estas primeras luces de diálogo que la reflexión en torno al papel de las laicas se extendió por las obras de la Provincia Centroamericana para analizar, desde un enfoque de justicia de género, la participación de las mujeres en la Compañía. Para, como solicitó el P. General, Arturo Sosa, S.J., «revisar el lugar de las mujeres en nuestras instituciones». Todo esto para «explorar nuevas formas de organización y rescatar experiencias de género para sistematizar las buenas prácticas de género». Esto dio paso a acciones en concreto, como la Red de Mujeres Guatemala, fundada en 2023, encuentros anuales para formación, la formalización del Grupo de Género e Igualdad de América Latina y El Caribe para trabajar siempre en pro de la cultura de justicia e igualdad de género.
Finalmente, el encuentro se enfocó en los desafíos de la participación de las mujeres en la Compañía de Jesús, reflexión a cargo de Anny Guinand, delegada de colegios de la Provincia de Venezuela. Esta parte se enfocó en el análisis del Magisterio del Papa Francisco sobre las mujeres y su rol en la Iglesia, que señala que la Iglesia no puede prescindir de la participación de las mujeres; el proceso Sinodal de la Iglesia, que debe utilizarse como una herramienta que garantice la participación y el reconocimiento del papel de las mujeres y la revisión de las estructuras de poder que excluye su participación y los Decretos de la Congregación General sobre las mujeres, como el caso de la 36 de 2016 que pide un compromiso renovado para reconocer el papel de las mujeres y que insiste en que el futuro de la misión de la Compañía debe construirse «en colaboración equitativa entre hombres y mujeres».
El conversatorio concluyó en que, si bien existe un amplio camino por seguir trazando para garantizar la participación equitativa de las colaboradoras en espacios de liderazgo y formación, los actuales esfuerzos estructurados desde la institucionalidad y el acompañamiento están abriendo espacios y oportunidades concretas para la promoción de una cultura de justicia de género que persiga siempre el objetivo común de construir el Reino de Dios desde la horizontalidad y la igualdad. Esta iniciativa del PFCAM es un ejemplo de estos esfuerzos basados en el diálogo, el encuentro y la escucha.