“Breve noticia” sobre la misión de la Compañía de Jesús
entre los pueblos originarios de América Latina.
Jorge Sarsaneda del Cid, S.J.
Isla Colón, Bocas del Toro, Panamá
mayo 2012
“El conocimiento de la vida indígena es un ideal de vida apenas vislumbrado, siempre perseguido, nunca conseguido”
Como resulta obvio, es imposible presentar un tema como este en unas cuantas páginas. Sería pretencioso e injusto. Lo he abordado porque me parece importante y porque creo que es poco conocido entre el público no especializado. Pero no sólo por eso. Pueblo que olvida su historia es pueblo condenado a ser dominado. Los jesuitas, para bien o para mal, han tenido mucho que ver con la historia de América Latina y, sobre todo, con la de muchos pueblos originarios. Por eso es importante tener presente esta historia.
Sin embargo, sólo vamos a pasar revista a algunos puntos del trabajo de los jesuitas, entre indígenas, en América Latina y en Panamá, con algunas pinceladas sobre Centroamérica. Quizás pueda sonar a enumeración, pero se hará con el propósito de apreciar la amplitud, largura y profundidad de dicho trabajo. También podrá parecer un poco o demasiado optimista o positivo, cuando sabemos que hay muchas sombras en el trabajo de la Compañía entre indígenas. No se puede abarcar todo. Es un aporte, algunos aspectos del trabajo; ya habrá quienes señalen los casos concretos, los errores, las no-inculturaciones, etc. Por ahora, es sólo esto.
Las fuentes son abundantes y, la mayoría, muy especializadas. Desde la recopilación minuciosa de cartas y relaciones de las misiones en Perú, Ecuador, Colombia y México hasta obras periodísticas y generales, pasando por textos muy focalizados (en las misiones guaraníes, en la Baja California, en la zona sur de México, etc). Casi no me he fijado en el trabajo en la región que hoy ocupan EEUU y Canadá. Muchos aspectos de números y listas, son tomados del trabajo de Ángel Santos (ver bibliografía al final).
I-Notas históricas:
*Los jesuitas llegaron a América en 1549, a las costas de Brasil, en navíos portugueses. Hombres como Manuel de Nóbrega y el beato José de Anchieta abrieron caminos en lo que hoy es Bahía, Sao Paulo y Río de Janeiro. Primero, como sabemos, fueron al Asia y África. A la América española se internaron por las islas del Caribe pero a “tierra firme” llegaron primero a La Florida, en 1566.
*En 1593, ya estaban presentes en todo el continente. Desde 1568, en Perú y de ahí se extendieron a Ecuador, Bolivia, Paraguay, Argentina norte, siempre pasando por Panamá; en 1572, en la Nueva España (México-parte de USA); en 1593, en Chile (Chile-Argentina sur); en 1600, se instalan en Panamá, trabajando entre indígenas. Antes habían pasado por Panamá un buen número de jesuitas hacia el Perú, Bolivia y Chile, aunque Panamá fuera –como decían- “sepulcro de la provincia” , por la cantidad de jesuitas fallecidos en esta región. En 1767, fueron expulsados de América Latina.
*Los jesuitas venían como misioneros: a no aceptar repartimientos, ni parroquias y a ayudar con misiones. Esto se constata permanentemente en las primeras cartas de relación. Así dice el superior general Claudio Acquaviva en carta escrita a los jesuitas en México: “Supuesto que el fin principal de la missión dessas partes es para el empleo de los indios… Tenemos diversas vezes ordenado que ninguno de los nuestros se ordene de sacerdote sin que primero sepa bien la lengua” .
En los primeros dos siglos en América, cerca del 60% de los jesuitas se dedicaban al trabajo con indígenas, hoy es alrededor del 10%, aunque en algunos países como México, Guatemala, Ecuador, Bolivia, el porcentaje de población indígena sea de más del 50 por ciento del total.