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La santidad de Rutilio Grande

Mons. José Luis Escobar Alas anunció públicamente en la Reunión mensual del clero de este 4 de Marzo que la Arquidiócesis de San Salvador va a iniciar los trámites para introducir la causa de canonización del P. Rutilio Grande.

Para los detalles concretos de esta labor, Mons. Escobar ha designado ya al P. Rafael Urrutia como Postulador diocesano. Como es sabido, la Compañía no acostumbra introducir las causas de los posibles santos jesuitas, aunque, una vez iniciadas, como posiblemente ocurrirá en este caso, colabore en ellas. Únicamente a la Diócesis a la que pertenece el candidato toca el introducir su causa.

Considera Mons. Escobar que este momento presente es un verdadero kairós para que la Arquidiócesis proceda a presentar a la Iglesia universal a este candidato a la santidad reconocida. El Papa, en aquellos días Provincial de Argentina, conoce con bastante detalle la vida y muerte del P. Rutilio. El P. Grande es todo un símbolo del servicio sacerdotal en la Iglesia, por la claridad y fuerza con la que no temía anunciar la Palabra y compartir su vida en cercanía y amor por sus ovejas. Además, Dios fue haciendo casi gemelas su historia y la de Mons. Romero a quien unía una honda amistad. Por último, Rutilio es el protomártir de los jesuitas de Centroamérica que en estos días celebramos los cien años de llegada a El Salvador.

Pero ¿qué tipo de santo es Rutilio? ¿Cuáles sus virtudes eximias y heroicas que muestran con nitidez la presencia de Dios en su vida? Sus biógrafos lo han subrayado con insistencia: la vida de Rutilio como estudiante y como jesuita formado estuvo rodeada siempre por la fragilidad que Dios supo llenar con la firme fuerza de su presencia. En él que se hizo verdad lo de Pablo a los Corintios (2 Cor. 12,10) “cuando soy débil, entonces soy fuerte”. Por eso su vida y su muerte resultaron una evidente presencia de Dios que produjo a un tiempo admiración y tristeza al Arzobispo mártir. El modo como se transformaba al predicar, su cercanía fraterna con los seminaristas primero y más tarde con la gente de los cantones de la Parroquia de Aguilares, hicieron de él un honorable testigo de Dios.

Esta esperanzadora noticia inundará las celebraciones del 37° Aniversario de su martirio en la próxima semana. Pero también será un mensaje locuaz para nuestra Provincia y para cada uno de nosotros que llevamos dentro un Rutilio frágil, pecador, pero llamado por Dios. En la debilidad somos invitados a confiar en la fuerza de Dios que es capaz de transformar a los hombres. Y es que somos compañeros, no dueños. Conscientes de que es “la suma Sapiencia y bondad de Dios nuestro Criador y Señor, la que ha de conservar y regir y llevar adelante en su santo servicio esta mínima Compañía de Jesús, como se dignó comenzarla”. Y por eso siempre listos a poner en Él toda nuestra esperanza.

Fraterno en el Señor

Jesús M. Sariego SJ

Provincial

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