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A un año de su inauguración, el Centro de Acompañamiento Integral a personas migrantes “Myrna Mack”, en Ciudad de Guatemala, funciona como un espacio de albergue para personas migrantes que transitan por el país centroamericano. La Red Jesuita con Migrantes de Guatemala (RJM) trabaja con este y otros proyectos de acompañamiento a poblaciones vulnerables al fenómeno de la migración.

 

Por Comunicaciones PROCAM

Aquí, en esta casa ubicada en el centro de Ciudad de Guatemala, en Guatemala, pasan cerca de 300 personas al mes. Se trata, en su mayoría, de núcleos familiares originarios de Venezuela, Ecuador, Colombia, Honduras, entre otros países. Aquí, en esta casa ubicada en el centro de Guatemala, pueden alimentarse y descansar un momento. Aquí pueden hacer una pausa. Bajar la guardia por un momento.

El Centro de Acompañamiento Integral a personas migrantes “Myrna Mack” nació en marzo de 2023. En esta casa, estas personas reciben alimentación, kits de higiene descanso y acompañamiento antes de seguir con su ruta. Ahí se atiende, también, a las poblaciones migrantes más vulnerables, como niños, niñas, adolescentes y mujeres embarazadas.

Un mural realizado por voluntarios decora las instalaciones del comedor, el espacio en el que las personas migrantes comparten alimentos. Foto: PROCAM

 

Este Centro de Acompañamiento es uno de los proyectos insignia de la Red Jesuita con Migrantes de Guatemala, que responde directamente a las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús que ponen en primer plano el acompañamiento a las personas más desfavorecidas.

Guatemala es, por su ubicación geográfica, un corredor estratégico para la ruta de migración de personas provenientes del sur, del Caribe y de otros países centroamericanos que se dirigen, en su mayoría, hacia Estados Unidos. Estas personas huyen de contextos socio políticos convulsos, pobreza y falta de oportunidades y, en el camino, sufren vulneraciones a sus derechos más básicos.

Estos pequeños volantes incluyen la información de la Casa Myrna Mack. Los distribuyen voluntarios en lugares estratégicos, como estaciones de buses. Foto: PROCAM

 

En este sentido, la Casa Myrna Mack busca ofrecer acompañamiento y resguardo a las personas migrantes que transitan por ciudad de Guatemala. Quienes realizan esta labor son voluntarios y voluntarias que, en algunos casos, fueron migrantes también en algún momento.

Los voluntarios y voluntarias de la Casa Myrna Mack salen al encuentro de las personas migrantes sobre todo en estaciones de autobuses. Ahí entregan paquetes alimenticios básicos y kits de higiene personal acompañados de un trozo de papel que contiene la información del albergue. En la Casa, las personas migrantes pueden descansar un momento, recibir alimentación básica y kits de limpieza en un espacio que poco a poco va adaptándose a sus necesidades.

Kit de higiene básica que las personas migrantes pueden recibir en la Casa Myrna Mack. Foto: PROCAM

 

Varias dimensiones de acogida

La RJM brinda atención desde cuatro dimensiones: la legal, la psicosocial, la espiritual y la humanitaria. En conjunto, estas generan un acompañamiento multidimensional que se caracteriza por el abordaje integral de la situación de la persona migrante desde la inspiración de la espiritualidad ignaciana.

Además de la atención directa a personas migrantes, la RJM trabaja con quienes quedan acá, en Guatemala, a través de programas de acompañamiento a familias en comunidades de origen. En estas sesiones, ofrecen atención psicosocial a núcleos familiares que han sufrido los cambios propios de la dinámica de la migración de uno de sus miembros, sobre todo de los padres, especialmente en el occidente de Guatemala.

Un mural a la entrada de la Casa con expresiones de agradecimiento de parte de las personas que han pasado por acá. Foto: PROCAM

La atención incluye talleres con hijos e hijas de personas migrantes a través de materiales didácticos interactivos que proponen la profundización en los sentimientos y las vivencias luego de la partida de un miembro de la familia. El acompañamiento también incluye a grupos de mujeres en estas comunidades.

Una de las estrategias que aplica la RJM en centros escolares y en zonas con altos flujos de migración es un plan educativo llamado “Los vuelos del Azacuán”. Este consiste en una serie de guías psicopedagógicas para que los estudiantes puedan expresar sus vivencias en torno a la migración. Más de 4,000 estudiantes reciben actualmente esta formación, de acuerdo con datos de la propia RJM.