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Mensaje del Provincial P. José Domingo Cuesta, S.J., en ocasión del quinto aniversario de las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús, las líneas inspiradoras de lo que hacemos en el mundo.

 

El P. Arturo Sosa fue elegido General de la Compañía de Jesús el 14 de octubre del 2016. La Congregación General 36 le pidió que revisara el proceso -iniciado por la CG 34 y proseguido por el P. Peter-Hans Kolvenbach- de evaluar cómo se llevan adelante las actuales preferencias apostólicas y que proponga, si fuere oportuno, otras nuevas. Las prioridades apostólicas hasta ese momento eran cinco: África, China, apostolado intelectual, Casas Romanas y refugiados. Por ello, el 3 de octubre del 2017 el P. Sosa planteó un discernimiento a toda la Compañía que llevara a la formulación de las nuevas preferencias para los próximos diez años. Dieciséis meses duró este proceso hasta la precisión de cuatro caminos y llamadas que orientan nuestra vida (2019-2029):

  1. Mostrar el camino hacia Dios mediante los Ejercicios Espirituales y el discernimiento. Nos recuerda las palabras de San Ignacio en la Fórmula del Instituto: procure tener ante los ojos mientras viva, primero a Dios… Queremos ayudar a la gente a encontrar y vivir su camino. El desafío es cómo vincular con Dios, no partes, sino nuestra vida completa, cómo buscarlo en la vida y convertirla en el lugar de encuentro y relación personal con Él: que nuestra vida cotidiana sea cada vez más transparente a la presencia de Dios en ella.
  2. Caminar junto a los pobres, los descartados del mundo, los vulnerados en su dignidad en una misión de reconciliación y justicia. La pregunta es ¿con quién andamos el camino?, desde la convicción de que somos compañeros de Jesús si estamos cerca de los pobres. Los pobres siguen siendo la esencia del ser de la Compañía.
  3. Acompañar a los jóvenes en la creación de un futuro esperanzador. Esto exige coherencia de vida, profundidad espiritual, apertura para compartir nuestra vida, aprender de ellos y comprometerse a crear un entorno seguro para los niños, niñas, adolescentes y personas vulnerables. Los jóvenes son los que mejor ven el camino del futuro y pueden ayudarnos a entender los retos del presente.
  4. Colaborar en el cuidado de la Casa Común. El reto es el de mayor magnitud, porque todo está en juego y es poco lo que podemos conseguir. Nuestra contribución es indispensable y urgente. Cualquier retraso en empezar a preocuparse activamente por el futuro de nuestra tierra, constituye una amenaza para ese futuro. También supone modificar nuestros hábitos de vida que afecten positivamente al medio ambiente

Se acaba de cumplir el quinto aniversario de las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús, las líneas inspiradoras de lo que hacemos en el mundo.  El P. General lo dejó claro desde un inicio cuando afirmó que son orientaciones que nacieron de un discernimiento y que funcionan como “los dedos de una mano”, donde el quinto dedo es la colaboración con otros/as. El cuerpo permanece unido gracias a la buena colaboración de sus miembros. Todas las PAU son importantes, aunque el Papa Francisco insistió en que la primera preferencia es capital porque supone como condición de base el trato del jesuita con el Señor, la vida personal y comunitaria de oración y discernimiento. Sin esta actitud orante lo otro no funciona.

Hay que volver sobre las PAU para que sigan iluminando y guiando la misión de los jesuitas y los que la comparten. Nos toca seguir situando nuestro ser y quehacer sobre una nueva cercanía a Dios (descubrirlo en la vida cotidiana y poder comunicarlo), a los más vulnerables (caminar con los más necesitados desde ellos) a los jóvenes (escucharlos desde una proximidad eficaz) y a la creación (sensibilidad y compromiso real con nuestro hogar común). En definitiva, seguirnos abriendo a la Gracia.

El P. Pedro Arrupe solía decir que donde hay dolor, allí están los jesuitas. Sabemos de las preocupaciones que aparecen en el Evangelio por parte de Jesús: la gente que sufre (que tengan salud), los que no tienen que comer (alimentar a los hambrientos), las relaciones humanas (que nos vinculemos con otros/as desde la fraternidad) ya que primero está la persona que la norma. Jesús ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia y nos invita a dejar que Dios nos cambie, ya que al final todo es obra Suya. Dame tu amor y Gracia que esta me basta.

 

P. José Domingo Cuesta, S.J.

Provincial.