El informe llega en el marco de la pandemia en la que el COVID-19 ha revelado vulnerabilidades clave dentro de los sistemas de salud, incluyendo prevención y control inadecuados de la infección: alrededor de 1.800 millones de personas están más expuestas al COVID y otras enfermedades porque utilizan o trabajan en instalaciones de atención sanitaria sin servicios básicos de agua.
Ciudad del Vaticano
Según el nuevo informe elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF titulado: Global progress report on WASH in health care facilities: fundamentals first, (Informe sobre los progresos mundiales en materia de agua e higiene en los establecimientos sanitarios: los fundamentos primero); alrededor de 1.800 millones de personas corren un mayor riesgo de contraer el COVID-19 y otras enfermedades debido a que utilizan o trabajan en establecimientos de atención de la salud sin servicios básicos de agua.
1 de cada 4 centros de salud sin agua
El agua y los servicios higiénico-sanitarios (WASH) son vitales para la seguridad de los trabajadores de la salud y los pacientes, incluso si no se da prioridad a la prestación de estos servicios. Según los datos publicados, a nivel mundial, 1 de cada 4 centros de salud no tienen servicios de agua, 1 de cada 3 no tienen acceso a la higiene de las manos en los lugares donde se prestan cuidados, 1 de cada 10 no tienen servicios sanitarios y 1 de cada 3 no separan los residuos de forma segura.
Lo peor de todo es la situación que predomina en los 47 países menos desarrollados (PMA) del mundo: 1 de cada 2 centros de salud no tiene agua potable básica, 1 de cada 4 no tiene servicios básicos de higiene de las manos en los puntos de atención, y 3 de cada 5 no tienen servicios básicos de saneamiento.
Covid-19 y el sistema sanitario vulnerable
El informe llega cuando el COVID-19 está revelando vulnerabilidades clave dentro de los sistemas de salud, incluyendo la prevención y el control inadecuados de la infección.
“Trabajar en un centro de salud sin agua ni saneamiento es como enviar a enfermeras y médicos a trabajar sin equipo de protección personal”, afirmó Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. “El suministro de agua y el saneamiento en las instalaciones de salud son clave para detener COVID-19. Pero todavía hay grandes lagunas que llenar, especialmente en los países menos adelantados”.
La pandemia y las disparidades en el mundo
“Enviar a los trabajadores de la salud y a las personas que necesitan tratamiento a instalaciones sin agua limpia, inodoros seguros o incluso jabón pone en peligro sus vidas”, dijo, por su parte, la Directora General del UNICEF, Henrietta Fore. “Esto ocurría ya antes de la pandemia del COVID-19, pero la situación del año actual ha hecho imposible ignorar estas disparidades. Mientras imaginamos y damos forma a un mundo post-COVID, asegurarnos de que enviamos a los niños y a las madres a lugares de cuidado social con agua y saneamiento adecuados no es sólo algo que podríamos y deberíamos hacer, sino que es un deber absoluto”.
Agua y saneamiento tienen una gran recompensa
La situación puede mejorar. Las estimaciones preliminares del informe indican que permitir que los 47 países menos desarrollados pongan en práctica los servicios básicos de agua en los establecimientos sanitarios costaría alrededor de 1 dólar per cápita. En promedio, se necesitan 0,20 céntimos de dolar por habitante cada año para el funcionamiento y mantenimiento de los servicios.
Según el informe, las inversiones inmediatas e incrementales en agua y saneamiento tienen una gran recompensa: mejorar la higiene en los centros de atención de la salud es una gran inversión para hacer frente a la resistencia a los antimicrobianos. Reduce los costos de la atención médica porque disminuye las infecciones asociadas a la atención médica (que son costosas de tratar). Ahorra tiempo ya que los trabajadores de la salud no tienen que buscar agua para garantizar la higiene de las manos.
Fuente: Vatican News