El 16 de noviembre de 1989, seis jesuitas, junto con su empleada Elba Ramos y la hija de esta, Celina Ramos, de 15 años, fueron asesinados en la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador por militares salvadoreños entrenados en Estados Unidos. A los mártires de la UCA los mataron debido a su empeño por ponerse del lado de los marginados mediante su enseñanza, su investigación y su discurso público, que con regularidad atraía la atención sobre las situaciones de opresión y de abusos contra los derechos humanos provocadas por el Gobierno salvadoreño.
Desde el 2004, la Ignatian Solidarity Network (ISN – Red ignaciana de solidaridad) ha estado invitando a individuos e instituciones a responder a la realidad del sufrimiento, en el espíritu de los mártires de la UCA. Pero la evolución de la ISN comenzó casi diez años antes con el primer «Teach-In ignaciano», organizado por un exjesuita cerca de Fort Benning, una base militar estadounidense situada en el sur del país (un Teach-In es una especie de foro educativo. No se limita a un tratamiento académico de los temas, sino que tiene un carácter participativo y reivindicativo, orientado a la acción). La base albergaba una escuela de formación militar para soldados latinoamericanos, en la que 19 de los 26 soldados que mataron a los jesuitas habían recibido entrenamiento financiado por los contribuyentes estadounidenses.
El evento, que con el tiempo fue denominado Ignatian Family Teach-In for Justice (IFTJ – Teach-In por la justicia de la familia ignaciana), se celebró en 1997, bajo una gran carpa, como a una milla de distancia de las puertas de Fort Benning, facilitando un espacio para que los asistentes, de la red jesuita y de fuera de ella, pudieran conocer mejor las cuestiones relativas a Centroamérica, a la vez que se unían en la oración y el espíritu de fraternidad.
Al principio de la década del 2000, la Conferencia Jesuita de los Estados Unidos –como se llamaba entonces– llevó a cabo un estudio para explorar la viabilidad de la idea de sacar partido de la energía del Teach-In y del creciente interés por una expresión más explícita de la misión fe-justicia de los jesuitas. Solo unos pocos años antes, el padre Peter-Hans Kolvenbach, SJ, entonces Superior General de los jesuitas, había pronunciado en la Universidad de Santa Clara su conocido discurso «El servicio de la fe y la promoción de la justicia en la educación universitaria de la Compañía de Jesús» y había en las instituciones un deseo creciente de tantear formas de trabajo en común en este frente.
Partiendo de los comentarios positivos recibidos y del deseo queexistía de crear una red jesuita-ignaciana para trabajar por la justicia social, en 2004 se fundó la ISN. Fue concebida desde el principio como una organización liderada por laicos que habría de trabajar en colaboración con los jesuitas y sus instituciones a lo largo de los Estados Unidos. Se creó para movilizar a las personas inspiradas por la misión fe-justicia de los jesuitas con el fin de actuar más colectivamente en solidaridad con sus hermanos y hermanas marginados de todo el mundo. Como símbolo de la ISN se eligió una tienda de campaña, para resaltar la idea de que el trabajo de la red podría cambiar según los signos de los tiempos, respondiendo a las cuestiones actuales de justicia, dondequiera que se den.
Y, en efecto, cambió. Al ir creciendo, el IFTJ sustituyó la carpa por un centro de convenciones más grande. En 2010, el encuentro se trasladó de las inmediaciones de Fort Benning a Washington DC, permitiendo así a la familia ignaciana reunirse cerca del Capitolio con el fin de incorporar la defensa de cambios legislativos como método de trabajo en favor de la justicia. El IFTJ se continúa celebrando en Washington DC y reúne a cerca de 2000 personas cada año para aprender, orar, tejer redes y promover causas.
Al ir creciendo, la ISN ha ido poniendo en marcha toda una serie de programas pensados para reunir a los miembros de la red ignaciana-jesuita con vistas a formarse y trabajar en colaboración por la justicia. Estudiantes, profesores y trabajadores de escuelas secundarias y universidades tienen ocasión de trabajar en red e innovar con compañeros de todo el país y del extranjero en encuentros anuales de liderazgo. Hay encuentros parroquiales, en los que responsables y fieles se reúnen periódicamente para discutir sobre buenas prácticas a la hora de implicar a sus parroquias en el trabajo por la justicia según la tradición ignaciana. Hay reuniones de antiguos alumnos, que permiten a quienes han contactado con la red jesuítica o con la espiritualidad ignaciana permanecer conectados a esas raíces y explorar cómo vivir «una fe que hace justicia» a medida que avanzan en la vida.
La ISN sigue respondiendo a los signos de los tiempos y cada año se aventura más en el mundo virtual. La red continúa creciendo y alcanza a casi un cuarto de millón de personas al año a través de redes sociales, webinars (seminarios por internet), programas en streaming y eventos en la red, y manteniendo activos servicios de noticias digitales y blogs.
La ISN ha movilizado este creciente entramado para responder al sufrimiento de otros, como ignacianos defensores de causas que –dando prioridad a los problemas relacionados con la inmigración– incluyen el compromiso con respecto a los motivos que originan las migraciones en Centroamérica, la reforma del sistema penal y la justicia medioambiental. Esta respuesta comprende campañas de acción y promoción directas, junto con esfuerzos para formar coaliciones con otros y para compartir buenas prácticas, ya sea cara a cara o en espacios de encuentro virtual.
Está claro que esta amplia red de instituciones jesuitas y de colaboradores de inspiración ignaciana tiene mucho trabajo por delante, haciendo crecer el legado de aquellos primeros encuentros de la familia ignaciana bajo una carpa. Los mártires jesuitas siguen guiando el trabajo de la ISN, dándonos un ejemplo de lo que significa responder a la realidad del sufrimiento: ayer, hoy y en el futuro.
[Artículo de la publicación “Jesuitas – La Compañía de Jesús en el mundo – 2020”, por Kelly Swan y el personal de la ISN]