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“Monseñor Romero (1917-1980). Ensayo. Ante Dios con su pueblo”, Jon Sobrino SJ, CRT (Centro de Reflexión Teológica de San Salvador, El Salvador)

 

Con este artículo de Jon Sobrino SJ, la Conferencia de Provinciales de América Latina (CPAL)  da   homenaje  a Monseñor Romero, beatificado recientemente, el 23 de mayo pasado, en San Salvador, El Salvador.

 

Monseñor Romero fue maestro y testigo, y ciertamente hay lugar para él en esta serie de conferencias1. Pero Monseñor fue más que eso. Murió asesinado el 24 de marzo de 1980, e inmediatamente después ese más fue puesto en palabra.

En la misa funeral de la UCA el Padre Ignacio Ellacuría dijo que “con Monseñor Romero Dios pasó por El Salvador”. Aquellos mismos días don Pedro Casaldáliga escribió el poema “San Romero de América, pastor y mártir nuestro”. El pueblo salvadoreño espontáneamente lo proclamó “santo”.

Continua Jon Sobrino: Me han pedido que les hable sobre Monseñor Romero. Las palabras síntesis que acabamos de oír son espléndidas y certeras. A ellas quisiera añadir con sencillez estas otras: “Monseñor Romero ante Dios con su pueblo”, que abordaré en forma de ensayo. Y desde esa perspectiva quisiera presentar a Monseñor en tres puntos. Mucho de lo que diré es bien conocido, y en eso seré más breve. Sí insistiré en lo que, en mi opinión, es bueno tratar más acuciosamente. 1. El Monseñor Romero por dentro ante Dios. 2. Su praxis arzobispal: decidor de verdad y defensor del oprimido. 3. Su destino: mártir con su pueblo, sacramento de Dios y portador de la fe de muchos.

I

El Monseñor Romero por dentro ante Dios

A los ponentes nos han pedido una breve reseña histórica del personaje que nos toca presentar2. En el caso de Monseñor pienso que no es muy necesario, pues, dado lo llamativo de la situación salvadoreña en que vivió y su actuación  prácticamente sin precedentes ni paralelo, pronto fue muy conocido en vida. Su muerte, asesinado en el altar, y la masacre en la misa de su funeral seis días después, de nuevo sin paralelo, son hitos imborrables en la historia moderna que le dieron a conocer por todo el mundo.

Expondré en seguida los tres últimos años de su vida pública como arzobispo de San Salvador3. Pero antes, para conocer mejor la radicalidad del Monseñor Romero hacia afuera, comenzaré por el Monseñor Romero por dentro.

Para ello me centraré en sus últimos días. El 25 de febrero de 1980, un mes antes de ser asesinado, Monseñor Romero comenzó los Ejercicios Espirituales de San Ignacio con un grupo de sacerdotes muy cercanos4. Sobre su experiencia escribió en su diario espiritual5 un texto muy breve -en el original no llega a una página- en el que cuenta su conversación con el Padre Azcue con quien se confesó. En el texto aparecen los tres problemas que le ocupaban en ese momento fundamental de su vida: 1. Su vida espiritual, 2. la posibilidad de una probable muerte violenta, 3. su situación conflictiva con los obispos de la Conferencia Episcopal.

Descargar el archivo completo: ICE-CAM-AnteDiosConSuPuebloJonSobrino

Fuente: Informativo CPAL SJ

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