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Evangelio del día, Juan 20, 1-9

“El primer día después del sábado, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, y vio que la piedra que cerraba la entrada del sepulcro había sido removida. Fue corriendo en busca de Simón Pedro y Juan y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto. Pedro y Juan salieron para el sepulcro. Corrían los dos juntos, pero Juan corrió más que Pedro y llegó primero al sepulcro. Al inclinarse, vio los lienzos tirados, pero no entró. Pedro llegó detrás, entró en el sepulcro y vio también los lienzos tirados. El sudario con que le habían cubierto la cabeza no se había caído como los lienzos, sino que se mantenía enrollado en su lugar. Entonces entró también Juan, que había llegado primero, vio y creyó. Pues no habían entendido todavía la Escritura: Él debía resucitar de entre los muertos”.

Palabra del Señor.

Compartimos una reflexión a cargo del P. Carlos Manuel Álvarez Morales, S.J.

María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro

Venciendo sus miedos, sin importarle los riesgos que corría, María Magdalena se encamina al sepulcro en donde el Señor había sido sepultado; mientras que los otros discípulos, estaban encerrados por miedo, pues temían que los mataran como a Jesús. Es muy llamativo que, siendo María Magdalena una mujer, muestre más valentía y decisión para ir al encuentro de Aquel que había transformado su vida, y es precisamente por eso que su gratitud le lleva a hacerse presente.

Quizás muchas veces a lo largo de mi vida, he llegado a arriesgarme, como María Magdalena, por mi compromiso con Jesús, sin importarme las dificultades que me pueda traer el ponerme en camino del cumplimiento de la misión que Dios me ha encomendado. Estoy plenamente seguro, que lo que me ha movido, a pesar de mis miedos, es el amor de Dios que habita en mi corazón y que me invita a cumplir la misión, para finalmente encontrarme con la esperanza de un Dios de Vida.

¿Cuáles son los más grandes miedos que me han obstaculizado mi seguimiento a Jesús?, ¿qué estoy dispuesto a hacer hoy para poder encontrarme con la esperanza de un Dios de Vida?