Conversamos con Enrique Siliézar, laico comprometido, padre de familia, apasionado por la arquitectura, el diseño y la espiritualidad ignaciana. Es miembro del equipo de acompañantes de Ejercicios Espirituales en la vida ordinaria en Honduras.
Por Oficina Provincial de Comunicación
- ¿Qué son los Ejercicios en la Vida Ordinaria?
La experiencia de los Ejercicios Espirituales en la vida ordinaria está inspirada en la propuesta que san Ignacio sugiere en su libro, en el numeral 19, en las “Anotaciones”. En este párrafo, san Ignacio orienta a quien da los Ejercicios para que “al que estuviere demasiado ocupado” se le dé por espacio de hora y media diaria, materia de oración y examen conforme el proceso que él mismo describe a lo largo del texto.
En este sentido, los Ejercicios en la vida diaria son la posibilidad de hacer los Ejercicios Espirituales de san Ignacio de Loyola, inmersos en la rutina de las responsabilidades diarias que la vida ordinaria demanda al cristiano común.
- Quiénes participan y qué se necesita para poder hacerlos.
La experiencia la puede realizar cualquier persona adulta que desea vivir el proceso, sin dejar de realizar sus responsabilidades laborales, familiares o comunitarias diarias. Quizá la única condición es que la experiencia se debe vivir en clave de “llamada”, es decir que, el o la ejercitante, acoja la experiencia “con gran ánimo y liberalidad” (como lo dice san Ignacio), lo que se traduce en una actitud de sano entusiasmo y gratitud, lejos de cualquier sentimiento obligación moral o determinación voluntarista.
- ¿Por qué se hacer Ejercicios Espirituales?
Los Ejercicios Espirituales de san Ignacio de Loyola son un proceso personal de evangelización de la propia espiritualidad. Hoy en día la mayoría de las personas somos conscientes de la necesidad de dar sentido y proyecto a nuestras vidas. Esta necesidad la satisfacemos, con mucha frecuencia, construyendo (consciente o inconscientemente) una estructura ideológica que luego se constituye en la fuente que sustenta y nutre el sentido mismo de la existencia. Construimos un sistema congruente de principios e ideas (muchas veces preconcebidas por otros) que en definitiva orientan nuestra conducta y las principales decisiones de nuestra vida. Los Ejercicios Espirituales proponen un método claro y sencillo para examinar ese mundo interior que motiva y sustenta nuestra vida a la luz de la vida de Jesús de Nazaret.
En ese sentido, los Ejercicios, además de ofrecernos un modo saludable de vivir y cultivar nuestra vida interior, nuestra espiritualidad, nos ofrecen la oportunidad de reorientar nuestra vida poniendo a Dios como fundamento y horizonte de nuestra existencia, desde una experiencia íntima con la persona de Jesús de Nazaret como fuente orientadora de un nuevo modo de vivir el regalo de existencia.
- ¿Cómo se organizan las comunidades de ejercitantes?
Si, en Honduras, desde el Centro de Espiritualidad Ignaciana, el P. Valentín Menéndez, SJ, ha organizado grupos de laicos que, a través de la misma experiencia de los Ejercicios y un proceso de formación consistente, ofrecen y acompañan tandas de Ejercicios en la vida ordinaria a personas (laicas y religiosas) que desean vivir la experiencia. El proceso dura un poco más de 8 meses, cada año.
Estos grupos de acompañantes, llamados “Grupos Fabro” (en memoria de san Pedro Fabro, jesuita, compañero de san Ignacio), están en permanente comunicación y proceso de formación, constituyendo un cuerpo apostólico con identidad y una sencilla pero robusta estructura organizativa a nivel nacional.
- Es una modalidad accesible para quien quiera vivir esta experiencia
Sí. Creo que esta modalidad se adapta a la vertiginosa actividad a la que se ve obligado vivir el cristiano de hoy. Hace posible esa respuesta a lo que se experimenta como una permanente llamada a la conversión y la evangelización personal. Abre una puerta para cultivar una mística de la vida diaria, que se va constituyendo en la fuente de la realización de la fe.
- Qué pasa con las personas que han terminado sus Ejercicios. ¿Hay grupos de seguimiento?
En Honduras se ofrece una “peregrinación ignaciana en la vida ordinaria”, a través de la posibilidad de realizar la experiencia de los Ejercicios de san Ignacio en distintas modalidad a lo largo de cuatro años, haciendo, después de la primera experiencia de “…despertar a la vida diferente” (Ejercicios completos), con el método del P. Ignacio Huarte, SJ, una segunda experiencia de “Ejercicios de Primera Semana en la vida ordinaria”, luego, un “Complemento de Ejercicios de Primera Semana”, para culminar con unos “Ejercicios completos” (el cuarto y último año), estos tres últimos con el material ofrecido por el Centro de Espiritualidad San Ignacio de Salamanca (CES), en España.
- Y para usted, ¿Qué significan estos ejercicios?
Para mí, la espiritualidad ignaciana, a nivel personal, es el “pan de cada día”, creo que no podría ser quien soy sin la oración y el discernimiento… no veo de qué manera viviría mi relación con Dios, mi relación conmigo mismo y con los que amo sin ese diario “juntarme con Dios” para sentir, gustar y discernir su voluntad en mi vida. Desde mi vida espiritual, cultivada al modo ignaciano, puedo comprenderme y comprender la realidad que me impacta en el día a día, es la fuente desde donde intento responder a todas las interpelaciones que se suscitan en mi existencia.
Esta experiencia tan fundamental en mi vida, de la espiritualidad ignaciana, me ha convencido e impulsado a comprometerme con el apostolado de los Ejercicios Espirituales, pues, tal como lo expresó el P. Ignacio, en su carta al P. Manuel Miona en 1536 “los Ejercicios Espirituales son todo lo mejor que yo puedo en esta vida pensar, sentir y entender, para que el hombre se pueda aprovechar a sí mismo y para poder fructificar, y ayudar a otros muchos”.
- Qué le diría usted a una persona que está considerando hacer los Ejercicios Espirituales en la vida ordinaria.
Que se regale un “sí” rotundo y determinado. Si se ha sentido movida, llamada, a hacer la experiencia, no lo piense más, ábrase con todo “ánimo y liberalidad”, regálese una respuesta generosa. Será el mejor regalo que se haya dado en su vida… y lo que ahí encuentre, el mejor regalo recibido después de la vida misma.
- Qué relación tienen los Ejercicios Espirituales con la vida, personal, familiar y social de una persona.
Los Ejercicios, además de una experiencia personal fundante y evangelizadora para el cristiano, siempre tienen un efecto de “radiación” … como diría el P. Jon Sobrino, “buenean” toda la realidad de la persona, tanto su vida interior, como sus relaciones …los Ejercicios Espirituales tienen un efecto bienhechor en la vida de la persona que los hace, renueva y ordena la vida interior y, desde ahí, sus proyectos, sus intenciones y todo lo que puede hacer.