Comunicado de la Red Jesuita con Migrantes en Centroamérica y Norteamérica: Un alarmante clamor en la región
La Red Jesuita con Migrantes en Centroamérica y Norteamérica (RJM CA&NA) y la Educación Jesuita en Guatemala (EJEGUA), insisten en que una política anti-migratoria de tolerancia cero a la población migrante, NO detendrá los flujos migratorios, por el contrario, los torna más peligrosos, más violentos y menos humanos.
Por ello expresa:
- Su indignación por la inhumana y despiadada política de la administración de Donald Trump y de su Secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen, en contra de la niñez y adolescentes. La emisión del Decreto “Sobre cómo mantener unidas a las familias y al mismo tiempo garantizar una frontera poderosa”, no resuelve la crisis ni mitiga la criminalización y violaciones a derechos humanos que sufren las personas y familias migrantes que llegan a las fronteras, especialmente el derecho a la protección internacional.
- Recuerda que una de las principales causas de la migración forzada es el deseo de proteger la vida e integridad, en especial de la niñez que frente a múltiples vulnerabilidades que viven en sus países de origen, particularmente por la violencia.
- Valora y reconoce la solidaridad y el consenso internacional sobre la prevalencia del principio fundamental del interés superior de la niñez y de adolescentes. Recuerda que el Informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre Inmigración en Estados Unidos: las Detenciones y Debido Proceso, que afirma categóricamente que la detención de una niña o niño, como consecuencia de su situación migratoria irregular, representa una violación de sus derechos y siempre está en contra del principio del interés superior del niño o la niña.
- Reconoce que no es la población estadounidense la que apoya iniciativas antimigratorias y por ello cuestiona seriamente la legitimidad de las decisiones de Donald Trump.
- Insta a que republicanos y demócratas planteen alternativas a la política migratoria de la administración Trump, en donde no se criminalice a la persona y en donde se garanticen sus derechos humanos.
- Demanda a los gobiernos de los países de origen de la población migrante, que trabajen en superar las raíces que provocan la migración forzada, porque están obligados a garantizar una vida digna a la niñez y a la juventud. Es su responsabilidad proveer protección así como una educación de calidad, con pertinencia y relevancia, que permita a los estudiantes continuar sus estudios al graduarse del nivel medio o acceder a oportunidades laborales que les permita realizarse plenamente.
La RJM CA&NA y EJEGUA, están convencidos en que urge un cambio en la narrativa y en las prácticas internacionales que van en detrimento de los derechos humanos de la población migrante.
Por ello, siguiendo las palabras del papa Francisco, invita a poner en práctica cuatro acciones concretas y cotidianas para contribuir en la construcción de un camino más Humano: