El sacramento de la reconciliación
Recemos para que vivamos el sacramento de la reconciliación con renovada profundidad y para saborear el perdón y la infinita misericordia de Dios. Y recemos para que Dios dé a su Iglesia sacerdotes misericordiosos y no torturadores.
Papa Francisco – Marzo 2021
Cuando yo voy a confesarme es para sanarme, para curar mi alma.
Para salir con más salud espiritual. Para pasar de la miseria a la misericordia.
El centro de la confesión no son los pecados que decimos, sino el amor divino que recibimos y que siempre necesitamos.
El centro de la confesión es Jesús que nos espera, nos escucha y nos perdona.
Recuerden esto: En el corazón de Dios estamos nosotros antes que nuestras equivocaciones.
Y recemos para que vivamos el sacramento de la reconciliación con renovada profundidad y para saborear el perdón y la infinita misericordia de Dios. Y recemos para que Dios dé a su Iglesia sacerdotes misericordiosos y no torturadores.
“De la miseria a la misericordia”: para el Papa, la confesión trata de la infinita misericordia de Dios
El Video del Papa de marzo resalta la alegría que trae el sacramento de la reconciliación, y nos recuerda que se trata de un encuentro de amor y de misericordia entre Dios y nosotros.
El Video del Papa de marzo ha sido publicado con la intención de oración que el Santo Padre confía a toda la Iglesia Católica a través de la Red Mundial de Oración del Papa. Se trata de un mensaje lleno de esperanza, en el que invita a redescubrir la fuerza de renovación personal que tiene el sacramento de la confesión en nuestra vida. “Recemos para que vivamos el sacramento de la Reconciliación con renovada profundidad y para saborear el perdón y la infinita misericordia de Dios”, pide Francisco. El video de este mes se abre con él mismo yendo a confesarse, “para sanarme, para curar mi alma”.
“Jesús nos espera, nos escucha y nos perdona”
“En el corazón de Dios estamos nosotros antes que nuestras equivocaciones», dice el Santo Padre en El Video del Papa, destacando una vez más la fuerza que tiene el amor de Dios sobre nuestro ser y nuestro actuar. Recibir este sacramento no se trata de erigirse ante un juez, sino de acudir a un encuentro de amor ante un Padre que nos recibe y nos perdona siempre. “El centro de la confesión no son los pecados que decimos, sino el amor divino que recibimos y que siempre necesitamos”, agrega Francisco. Y ese amor está antes que todo, antes que los errores, las reglas, los juicios y las caídas.
Sacerdotes misericordiosos
El P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, recordó las últimas palabras de Francisco: “Recemos para que Dios dé a su Iglesia sacerdotes misericordiosos y no torturadores”. Y agregó: “No es la primera vez que el Papa pide esta gracia. Como el buen pastor conoce el sufrimiento de la gente, sus pecados, su necesidad de encontrar ‘ministros de la misericordia’. Es el tiempo de la misericordia. En su carta apostólica Misericordia et misera, al concluir el Jubileo extraordinario de la misericordia, invitó a los sacerdotes a ser como Jesús, llenos de compasión y pacientes. Es un camino de conversión para cada sacerdote, ‘ser testigos de la ternura paterna’, ‘prudentes en el discernimiento’, y ‘generosos para dispensar el perdón de Dios’. Pide que el corazón sea cercano al corazón de Jesús, y es una gracia”.
El Santo Padre en el Ángelus del pasado 14 de febrero pidió agradecer, aplaudir a los confesores misericordiosos. Dios no se cansa de perdonar. Recemos pues “para que vivamos el sacramento de la Reconciliación con renovada profundidad y para saborear el perdón y la infinita misericordia de Dios”.
Fuente: Vatican News