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 “Escribe Tu Historia, Cambia la de Otros”

Nosotros, los nueve prenovicios reunidos en el Centro Ignaciano “Pedro Arrupe” de Nicaragua, veníamos de vivir una experiencia apostólica en diferentes obras de la Compañía de Jesús en la Provincia, fraguando con oración, discernimiento y experiencia comunitaria este camino de responder el llamado de Jesús. Tuvimos el Taller de Crecimiento Personal.

El taller consto de tres momentos de profundización: El primero fue tomar conciencia, en oración, de estos cuatro meses de prenoviciado para disponernos a vivir cada día, en especial el taller como “un éxodo de sí mismo para centrar la propia existencia en Cristo y su Evangelio” nos dispuso a la gracia de Dios para “escuchar y seguir a Jesús dejándonos transformar interiormente".

El segundo momento, fue el taller sobre sexualidad. En este se aclararon conceptos y se presentó como vivir la sexualidad desde la opción del celibato, sus implicaciones: vivir la renuncia, elegir en libertad, lo que es mejor para cada uno de nosotros y los retos que todo esto nos plantea.

En el tercer, y último momento, se nos dieron herramientas para entender quiénes somos y cómo entender nuestros contextos. Nos apropiamos cada uno de nuestra historia familiar, siendo honesto con nuestras emociones. Vimos como nuestra historia personal se convierte en un hilo del tejido grande que es la familia (padres, abuelos, bisabuelos, etc.), compuesta por sus dolores, alegrías y sufrimientos.

En los cuatro días de este momento, paso a paso fuimos profundizando en nuestra familia y  reconciliándonos. Este proceso constituye una tarea ardua de fraguar internamente de tomar conciencia de dónde venimos, de honrar esas circunstancias y contextos por los cuales somos.

También al ir examinando nuestras historias e identificando en ellas el llamado de Jesús y el proyecto de vida. En cierta forma podemos decir que dejamos de ser inocentes de una historia personal, que vemos ahora con nuevos ojos.

Al término del taller, estamos agradecidos porque Dios nos dio la gracia de encontrarnos con esta vocación y nuestras familias, asumiéndolo, ver cada dolor, sufrimiento y alegría en nuestras vidas, para ordenar y reconciliar “dejando que el amor fluya”. Ahora comprendemos, el lema de las vocaciones que llevamos en nuestra misión: “ESCRIBE TU HISTORIA, CAMBIA LA DE OTROS” Justamente escribimos esa historia para utilizar todas nuestras fuerzas y energías y en todo amar y servir, llevar el mensaje de Jesús que cambia otras historias.

 Nestor Iván Moreno, Prenovicio.

2014 07 23  vsj  copy