«Es tiempo de buscar, y tiempo de dar por perdido; tiempo de guardar, y tiempo de desechar» (Eclesiastés 3:6).
Por Comunicaciones PROCAM
Cada Miércoles de Ceniza recordamos que somos polvo y al polvo volveremos. Esta es una verdad que nos iguala a todos sin distinción, que nos llama a recordar que ante Dios no existen distinciones de poder, riqueza o estatus: somos hermanas y hermanos iguales en dignidad y estamos llamadas y llamados a la conversión para contribuir desde nuestra posición a la construcción de un mundo más justo, más humano. Esta conversión, no solo del corazón, sino también de nuestras acciones, debe apostar por tener un carácter comunitario, que incluya y abrace las diferencias y que invite a acompañar y caminar en conjunto. Abramos nuestros corazones al inicio de esta Cuaresma, con la esperanza puesta en el perdón de Dios a través del sacrificio de su Hijo amado. Que este tiempo nos ayude a derribar muros de desigualdad y a construir puentes de fraternidad. Que nos ayude a convertirnos en faros de esperanza en estos tiempos de división, porque solo cuando caminamos juntos reflejamos verdaderamente el Reino de Dios. Y, sobre todo, que nos inspire a amar como Jesús nos ama.