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Hoy, 19 de marzo, conmemoramos la fiesta de San José, esposo de la Virgen María y patrono de la Compañía de Jesús. Desde Jesuitas Centroamérica queremos recordar la misión encomendada por Dios a este hombre que fue el padre terrenal de Jesús.

 

Evangelio del día, Mateo 1, 16.18-21.24

“Jacob fue padre de José, esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. Este fue el principio de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José; pero antes de que vivieran juntos, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. Su esposo, José, pensó despedirla, pero como era un hombre bueno, quiso actuar discretamente para no difamarla. Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo, tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados. Cuando José se despertó, hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado y tomó consigo a su esposa”.

Palabra del Señor.

Compartimos una reflexión a cargo del P. Carlos Manuel Álvarez Morales, S.J.

José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa

Poco sabemos de la vida de José, el padre adoptivo que Dios le dio a su Hijo Jesús; pero aun sabiendo muy poco, lo que sabemos es grandioso y maravilloso, pues se trata de un hombre que aceptó una de las misiones más grandes que se ha encomendado a un hombre: ser el padre del Hijo de Dios, aquel que lo acompañaría en su crecimiento y desarrollo humano, hasta llegar a convertirse en el Mesías, Salvador de toda la humanidad.

La persona de José puede ser para mi vida motivo de gran inspiración, pues al mirar su modo de proceder en todo lo que el Señor le va encomendando, me siento invitado a vivir mi compromiso con el Proyecto del Reino Dios, con absoluta entrega y fidelidad total. En medio de mis debilidades y fragilidades, propias de mi condición humana, yo puedo decir que sí a Dios a cuanto me propone para llevar adelante el Proyecto de su Reino, sabiendo que Él estará siempre conmigo.

¿Qué miedos me han acompañado en las tareas que Dios me ha encomendado y cómo los he superado?, ¿cuáles son los mayores retos que Dios me ha encomendado a lo largo de mi vida y cómo los he llevado a cabo?