Conscientes de la validez y la importancia en el contexto actual del cuidado de la casa común, tal y como dicta la cuarta Preferencia Apostólica Universal de la Compañía de Jesús, Fe y Alegría Guatemala apoya al proyecto “Sembrar para Florecer”, que nace desde la necesidad de cuidar y proteger nuestro medio ambiente. Una de las acciones tangibles que el proyecto ha realizado en el país centroamericano tuvo lugar en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, en el que juventudes de Fe y Alegría Guatemala unieron esfuerzos para realizar acciones que permitan cambiar la realidad medioambiental en nuestro país.
Esta, sin embargo, no es la única acción que han realizado. Cada una de las 57 comunidades donde está presente Fe y Alegría ha organizado actividades como reforestación en espacios comunitarios o sitios que en el verano se han producido diversos incendios, campañas de limpieza en la comunidad, creación de huertos escolares, recuperación de espacios para ser convertidos en área verde entre otras acciones realizadas por estudiantes, docentes, directivos, miembros de las comunidades y entidades como lo es la 4ta. Brigada de Infantería del Ejército de Guatemala, la Escuela Nacional Central de Agricultura -ENCA-, escuelas primarias del sector oficial, Municipalidad de Mixco, de Palencia, de San José del Golfo, entre otros.
Además, las juventudes realizaron una campaña de sensibilización y conciencia e invitación a unirse a la movilización “Reforestando para Florecer” que se llevó cabo a través de las redes sociales. Los educadores también han sido parte fundamental de este movimiento, quienes se han sumado a las acciones promovidas por los y las jóvenes, además, el personal de Casa Nacional ha sembrado árboles en un cerro cercano a la ciudad de Guatemala como parte de su apoyo y concientización para el cuidado de la casa común.
Para Fe y Alegría el cuidado y la protección de la Casa Común es una prioridad institucional, impulsando acciones desde una perspectiva de ecología integral vinculada al proceso educativo, y promoviendo una ciudadanía ecológica en las comunidades educativas para el cuidado de la Casa Común. Desde esa mirada, se promueve una educación integral y transformadora, que motive a la protección de la vida y la conservación de nuestros recursos naturales como un don otorgado por Dios que nos fue entregada para administrarla, no para destruirla.