En solidaridad con los Migrantes
En esta Semana del Migrante, expresamos nuestra solidaridad y compromiso con los migrantes y sus familias a través de las siguientes reflexiones:
1- Celebramos la Semana del Migrante, en este año 2013, en un contexto de luto e indignación. Acabamos de ser testigos del retorno de los cadáveres de compatriotas que murieron en el accidente de tren en la Tembladera – Tabasco – México, una de las rutas más peligrosas en territorio mexicano. Ni el gobierno mexicano ni el gobierno hondureño tuvieron la delicadeza de preparar los cadáveres para que sus familiares los pudieran velar y dar dignamente cristiana sepultura.
2- Celebramos la Semana del Migrante
3- Celebramos la Semana del Migrante bajo un ambiente de creciente indefensión para los migrantes que cruzan el territorio mexicano. No solo están expuestos a las bandas de criminalidad organizada, sino que nuestros compatriotas se encuentran huérfanos de respaldo oficial. A diferencia de otros países vecinos que han sabido instalar sus consulados para atender a sus compatriotas, los migrantes hondureños no pueden recurrir a nadie, porque el gobierno hondureño no ha logrado ofrecer respaldo institucional sistemático para dar asistencia a nuestros compatriotas cuando demandan socorro.
4- Celebramos la Semana del Migrante en el contexto de discusión de una reforma migratoria por parte del gobierno de los Estados Unidos. Aplaudimos que nuestros compatriotas indocumentados que residen en los Estados Unidos puedan optar por su regularización. Sin embargo, valoramos como actitud falsa, cruel e inhumana que esas opciones de documentación para quienes están dentro del territorio estadounidense se ofrezcan a cambio de endurecer y fortificar una frontera que no detendrá la afluencia de migrantes, sino que la volverá más peligrosa y sangrienta.
5- Celebramos la Semana del Migrante en condiciones hondureñas internas de mayor discriminación, rechazo, empobrecimiento y estigmatización de nuestra juventud. Dos millones de desempleados, en su mayoría jóvenes menores de treinta años, es un dato que obliga a que nuestra juventud busque salir forzosamente del país. La ausencia de políticas agrarias se convierte en un dispositivo en sí mismo violento y obliga a la migración de la juventud del campo a la ciudad y de las ciudades hacia el exterior. De acuerdo a investigaciones serias, de cada diez jóvenes que emigran fuera del país, ocho provienen del campo. Esto tiene que ver en directo con el olvido de la población campesina en las políticas del Estado y en la concentración de las tierras y de todos los recursos del país cada vez en menos personas.
6- Celebramos la Semana del Migrante en un contexto de total inseguridad y de exclusión social. Nuestros jóvenes son obligados a irse de su patria por la ausencia de oportunidades, situación que se convierte en tierra fértil para que el crimen organizado se aproveche. Por salvarse de la crueldad del crimen organizado en Honduras, van a la ruta migratoria con el riesgo de perder su vida en las manos de delincuentes en Guatemala, México y Estados Unidos. De esta misma inseguridad sufren muchos padres de familia que, por el impuesto de guerra, tienen que cerrar su pequeño negocio y huir del país, sin saber a dónde van llegar y si un día van regresar.
7- Celebramos esta Semana del Migrante dentro de un sistema que se sostiene en la desigualdad, distribución injusta de las riquezas y la concentración de las mismas en reducidas personas. Este problema genera impunidad y corrupción.
8- En esta Semana del Migrante valoramos que el fenómeno de la migración nunca será un verdadero problema para países como los Estados Unidos, puesto que siempre tendrán una mano de obra disponible para su desarrollo. Es un problema primordialmente para países empobrecidos como el nuestro, que seguirá perdiendo lo mejor de su juventud en esas corrientes migratorias, sin la cual será cada vez más difícil levantar el nivel de vida y desarrollo.
9- Lo mejor de nuestro país empobrecido se está yendo. Muchos se quedan en el camino o regresan como macabra remesa humana discapacitada o convertida en cadáver. El que llega al Norte, contribuye al desarrollo de un país extraño en detrimento del empobrecimiento del nuestro, consolidando las relaciones injustas y asimétricas que harán que el fenómeno de la migración sea creciente y permanente.
10- En la Semana del Migrante afirmamos nuestra fe en el Dios de la Vida, que escucha los clamores de los oprimidos y se encarna y clama justicia desde la humanidad más aplastada. Y creemos firmemente que desde nuestra opción por la juventud migrante todos los factores negativos pueden ser oportunidades para levantarnos de las cenizas y erigir un pueblo en lucha y en libertad. El Señor camina con nuestros jóvenes migrantes, padece en sus sufrimientos, carga con sus humillaciones, y con el papa Francisco, creemos que es situados en la periferia como podremos ser fieles a la llamada que el Evangelio nos hace en los rostros de los migrantes. Desde ellos nos recuerda que Él fue forastero en tierra de servidumbre, por eso no se puede violar el derecho de los forasteros, ni de los huérfanos, ni de las viudas (Cfr Dt 24, 19. 21-22).
11- El evangelio de Jesucristo es buena noticia para quienes están decididos ponerse en camino en la construcción de nuevos condiciones para evitar la migración forzosa. Quienes tenemos fe en Jesucristo hemos de reconocernos como peregrinos, que estamos en permanente búsqueda y en solidaridad con las personas migrantes que salen de su tierra forzadas por su situación. La misión de
12- El futuro de Dios está en reunir a su pueblo. Así lo dice Ezequiel, y así lo decimos como Iglesia en esta Semana del Migrante: “Los recogeré de todos los países, los reuniré y los conduciré a su tierra…Les daré un corazón nuevo, y pondré dentro de ustedes un espíritu nuevo… Mandaré trigo y lo multiplicaré y no les dejaré pasar más hambre. Multiplicaré los frutos y los productos del campo, y no serán más humillados ante los demás pueblos, padeciendo hambre” (Ezequiel 36,24,26,29,30)
Pastoral de Movilidad Humana – PMH, Comité de Familiares de Migrantes Desaparecidos de Progreso – COFAMIPRO, ERIC-SJ Y Radio Progreso, en Honduras miembros de la Red Jesuita con Migrantes de C.A.