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A casi 30 años de su fundación, el Proyecto Puente Belice, en Guatemala, continúa impulsando a jóvenes en condiciones de vulnerabilidad para mostrarles que existen otras alternativas de vida basadas en la educación, el trabajo digno y la formación de los aspectos de la persona humana.

 

El Proyecto Puente Belice nació de una reflexión profunda frente a una realidad marcada por la exclusión y la marginalidad. En 1996, P. Manolo Maquieira, S.J., inició un proceso de trabajo pastoral en las colonias Jesús de la Buena Esperanza, El Carmen y La Paz, todas en el sector del Puente Belice en la zona 6 de Ciudad de Guatemala.

Fue a partir de esta experiencia pastoral que P. Maquieira comprendió a profundidad las dinámicas de exclusión que marcaban las vidas de las y los jóvenes a los que acompañaba en aquel entonces: una situación aparentemente sin salida, pues las y los jóvenes de colonias excluidas desde siempre no tienen ante sí muchas perspectivas sino “más de lo mismo”.

Es en este contexto que nace el proyecto Puente Belice (PPB), que se constituye como una alternativa viable que busca salidas creativas y novedosas a las dinámicas de exclusión que parecían ser el único camino. PPB brinda modelos diferentes y no comunes en estos entornos a partir de la organización en torno a la educación y el trabajo digno para influir en aspectos de la persona como la autoconfianza y la autoestima.

En este sentido, el trabajo de PPB se enfoca en cuatro áreas de intervención bien definidas que responden a necesidades específicas de la población a la que apoyan. Estas áreas son las siguientes:

-Educación formal: que se logra a través del trabajo del Centro de Formación Integral Manolo Maquieira (CFI) que ofrece los niveles de básico y bachillerato en jornadas matutinas y vespertinas. Los programas de estudio de CFI también son utilizados por el Instituto Guatemalteco de Educación Radiofónica (IGER).

La educación es uno de los pilares principales que el PPB utiliza para potenciar las habilidades y aptitudes de las y los jóvenes del programa. Foto: Puente Belice.

-Área laboral: parte importante de la formación integral de PBB se relaciona con el acercamiento de los jóvenes a la realidad laboral actual. Por ello, además del programa educativo antes mencionado, las y los estudiantes reciben capacitaciones técnicas en inglés y programas de computación para incorporarse a pasantías o trabajos de medio tiempo a través de alianzas con empresas dispuestas a brindar este tipo de oportunidades.

-Formación humana: esta dimensión cobra un sentido prioritario para generar y propiciar espacios para la auto crítica y la reflexión para conocer y valorar el potencial propio y de las y los demás. PBB considera que la formación humana tiene un valor social por ser el núcleo presente en el resto de las áreas.

-Proyección social: Es el trabajo de extensión social, de inserción en la cotidianeidad de las comunidades de procedencia del alumnado. Tiene un doble objetivo: sirve en su proceso de crecimiento personal y sirve al Proyecto para visibilizarse como una alternativa de vida para la juventud comunitaria en alianza con redes, instituciones y organizaciones que trabajaban hacia horizontes de justicia y equidad social.

Empresas aliadas con PPB se encargan de contratar a las y los jóvenes para pasantías o jornadas de medio tiempo que deben alternar con sus programas de formación. Foto: Puente Belice.

A casi 30 años de su fundación, el Proyecto Puente Belice continúa siendo un referente de integración juvenil a través de su programa de formación integral. En lo que va de 2024, PPB cuenta con 268 jóvenes inscritos: 117 mujeres y 151 hombres comprometidos con las alternativas de esperanza para las y los jóvenes de Guatemala a través de la formación integral y el trabajo digno.