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Vendrá la prueba. Vendrá porque decidimos seguir caminando cuando solamente probar no fue suficiente, cuando vimos claro que dar un paso más significaba no tener todo controlado y confiar en el horizonte que Dios dibujaba a su manera en nuestro interior.

Vendrá, ya lo sabíamos, aunque en momentos pensemos que quizás hubiera sido mejor no saberlo. Algo nos decía que compartir la vida con otros no impediría las preguntas, que la alegría de los que peor lo tienen tocaría la nuestra.

Vendrá y con ella el aprendizaje.

Vendrá y la entenderemos mal si la acompañan las ganas de acurrucarse en un rincón esperando que pase el temporal. Vendrá como oportunidad y nunca como peso aunque tengamos que hacer frente a la inseguridad o la duda.

Vendrá y caminaremos, aprenderemos lenguajes nuevos, nuestros ojos verán cosas que muchos otros no ven, descubriremos lugares que nunca hubiéramos imaginado, nos encontraremos con personas increíbles, creeremos que nuestras manos no son nuestras, que la vida nunca latió con tanta fuerza.

Vendrá y no estaremos solos. Nada tiene que ver con el miedo paralizante y mucho con hacernos más amigos, compañeros, hermanos.

Vendrá, prepárate. Sin obsesionarse ni buscarla, sino con el espíritu abierto y confiado del que sabe detrás de quién camina.

Jaime Espiniella, sj

Fuente: Pastoral SJ