El 20 de junio del 2022 nuestros hermanos Javier Campos Morales, S.J. y Joaquín César Mora Salazar, S.J., fueron asesinados en la comunidad de Cerocahui, en Chihuahua. A continuación les compartimos el perfil de ambos.
Javier Campos Morales, S.J. “El Gallo”
Nació el 13 de febrero de 1943 en la CDMX. Durante su niñez y adolescencia vivió en Monterrey, NL. Posteriormente ingresó al Instituto de Ciencias en Guadalajara, Jalisco. Ingresó a la Compañía de Jesús el 14 de agosto de 1959, a la edad de 16 años, para ser ordenado sacerdote el 8 de junio de 1972 en la Ciudad de México. Un año después empezaría su misión como superior local, vicario pastoral y episcopal en la Sierra Tarahumara, en la comunidad de Norogachi. Llegando a ser Párroco en Guachochi (1974-1983), Chinatú (1987 – 1999), en Cerocahui (1996 – 2016), para regresar en 2019-2022 donde fungiría como Superior de la Misión Jesuita, Párroco, Vicario de Pastoral Indígena de la Diócesis de Tarahumara, Asesor Regional de CEB’S (Comunidades Eclesiales de Base).
El día 20 de junio de 2022 fue asesinado por personas armadas en el interior del templo de Cerocahui, Chihuahua.
Agradecemos su vida y misión en la Tarahumara durante 34 años. Exigimos justicia y la recuperación de su cuerpo.
D.E.P
Joaquín César Mora Salazar, S.J. «El Morita»
Nació el 28 de agosto de 1941 en Monterrey, NL. Ingresó a la Compañía de Jesús el 30 de julio de 1958, a los 16 años. Fue ordenado sacerdote el 1º de mayo de 1971 en Monterrey, NL, su ciudad natal. Misionó en la Sierra Tarahumara durante durante 6 meses 1976 en Sisoguchi, donde fue Vicario Cooperador. En la misma Tarahumara realizó su Tercera Probación (1976 – 1977) y regresaría en 1998-1999. Desde el 2000 fungió como Vicario Parroquial en Chínipas, hasta 2006, posteriormente como Vicario Cooperador en Cerocahui, Chih., desde 2007 hasta la fecha.
El día 20 de junio de 2022 fue asesinado por personas armadas en el interior del templo de Cerocahui, Chihuahua. Agradecemos su vida y misión en la Tarahumara durante 23 años y medio. Exigimos justicia y la recuperación de su cuerpo.
D.E.P
Fuente: Jesuitas México