Monte Tabor, en Ciudad Merliot, es una de las parroquias encomendadas a la Compañía de Jesús en El Salvador. Este mes celebró su fiesta titular en honor a Jesucristo, Salvador del Mundo. Además, la comunidad conmemoró con gratitud los 38 años de su fundación y rindió un homenaje especial a su fundador, el padre Francisco Xavier Aguilar S.J..
La Eucaristía solemne fue presidida por el padre René Guerra, SJ, párroco actual de Monte Tabor, quien expresó una memoria agradecida por el camino recorrido por esta comunidad. Al concluir la misa, las celebraciones continuaron con una feria gastronómica organizada por las diversas comunidades parroquiales, un espectáculo de fuegos artificiales y actos culturales que incluyeron concursos, juegos y la presentación de artistas invitados.
Desde sus inicios, Monte Tabor ha sido una comunidad abierta e inclusiva, inspirada por la visión del padre Xavier Aguilar, quien afirmaba que en una verdadera comunidad “nadie sobra”. Este espíritu de acogida se refleja en la amplia participación de la feligresía y en el apoyo a diversos movimientos y carismas como la Renovación Carismática, el Camino Neocatecumenal, los Encuentros Conyugales, la Comunidad Cristo Joven y muchos otros ministerios y pastorales: evangelización, catequesis, juvenil, familiar, social, litúrgica, de la salud y de comunicación social, entre otros.
Fundada oficialmente el 14 de noviembre de 1986 por Monseñor Arturo Rivera y Damas, y dirigida desde entonces por el P. Xavier Aguilar, párroco hasta su fallecimiento el 13 de noviembre de 2020. El P. Aguilar es recordado por su carácter amable y generosidad apostólica. Impulsó proyectos de infraestructura, formación de laicos y apoyo a refugiados, además de promover la creación de empleos y colaborar en iniciativas de rehabilitación para jóvenes en riesgo. Fundador y colaborador en diversas obras sociales, dejó una huella profunda en los movimientos laicales.
De las primeras misas, celebradas una vez al mes en una cancha de baloncesto de la naciente Ciudad Merliot de 1983, a convertirse en un espacio pastoral integral, con un Templo espacioso y acogedor, con salas de reuniones que recibe diariamente a decenas feligreses, Monte Tabor continúa siendo un espacio de fe y servicio. Hoy, bajo la guía del padre René Guerra, SJ, y con el apoyo comprometido de jesuitas, laicos y laicas, la comunidad sigue fiel a su misión: ser una casa para todos, donde el legado de “incluir, amar y construir esperanza” permanece como el corazón de su camino.