El P. General pide nuestra oración y nuestra ayuda para las víctimas de Filipinas
La madrugada del viernes 8 de noviembre, será recordada en Filipinas como una de las más sombrías de toda su historia. El súper Tifón Haiyán o Tifón Yolanda, de categoría 5, dejó a su paso 10000 víctimas mortales.
La destrucción de ciudades costeras, como Tacloban, ha sido prácticamente total, y no es de extrañar, puesto que Yolanda ha sido el sistema tropical más fuerte que ha tocado tierra desde que se tienen datos. Tres horas antes de impactar sobre Filipinas, el Centro de Avisos de Tifones evaluó vientos sostenidos de 314km/h con rachas de hasta 378km/h.
Ante esta situación el P. Provincial de Filipinas, Antonio F. Moreno SJ, ha escrito una carta a todos los provinciales jesuitas del mundo, y el Padre General de la Compañía de Jesús, P. Adolfo Nicolás, ha pedido que se comunique apelando a asistir a las víctimas del Tifón Yolanda.
El Provincial de Filipinas confirma en su carta que todos los Jesuitas de la provincia de Filipinas se encuentran bien, si bien “muchos todavía están tratando de establecer contacto con sus familias”, pero “miles de personas, nuestra gente, ha perdido la vida, y otros miles sus casas y propiedades” Para el P. Moreno quizás este tifón sea “la peor calamidad natural que nunca haya azotado Filipinas”. Según él “algunas estimaciones hablan de cerca de 10.000 muertos. El Consejo Nacional de Reducción de Riesgos de Desastres informó que cerca de 2.900.000 familias se han visto afectadas, que 24.000 casas se han visto dañadas y que la mayor parte de las infraestructuras han sido devastadas. La mayor parte de Visayas todavía no tiene electricidad, ni comunicaciones, ni agua, comida, abrigo u otras necesidades básicas. Viajar a las zonas afectadas todavía no es posible”.
El Provincial añade: “El país todavía se estaba tambaleando del terremoto de la ciudad de Zamboanga que asoló Bohol y Cebu hace unas semanas. Los evacuados de estas regiones afectadas están todavía sin hogar, y justo ahora surgen nuevos gritos de las personas que han sido abatidas por otra calamidad en otras áreas”. Por ello urge a las comunidades e instituciones jesuitas a:
1-Movilizar recursos para asistir a las zonas afectadas.
2-Simplificar las celebraciones, incluidas las fiestas de Navidad, como solidaridad con nuestra gente, y
3-Reunir a nuestros colaboradores, socios y amigos para reflexionar y orar sobre estos sucesos y discernir qué acciones llevar a cabo.
Así entre otras cosas sugiere que “la tradicional celebración provincial del 1 de enero” que debiera servir como lanzamiento del aniversario del Bicentenario de la Restauración de la Compañía, sirva también “para reflexionar y orar sobre estos sucesos y hacerlos parte de nuestra solidaridad. Reduciendo los preparativos y manteniendo un menú simple conseguirá fondos gratis para asistir a las víctimas del tifón. La Restauración de la Compañía nos llama a los jesuitas a reencender un nuevo espíritu para responder a las emergencias de las periferias. Revigoricemos ese espíritu llegando a las personas que sufren y colectivamente y concretamente frente a estos desafíos nuevos y urgentes”.
Fuentes: Jesuitas de España y ABC.es