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La experiencia se enmarca en las palabras de P. Pedro Arrupe, S.J., quien en 1979 invitó a los candidatos a la ordenación sacerdotal a un ejercicio profundo de reflexión sobre la vida y la vocación jesuita.

El Mes Arrupe es una experiencia que la Compañía de Jesús propone a los estudiantes de teología próximos a la ordenación sacerdotal para reflexionar sobre la vida y la vocación jesuita. Las actividades están diseñadas para promover el diálogo interior y el encuentro con otros compañeros con el fin de profundizar en la convicción de la vida sacerdotal. Estas se enmarcan también en las palabras de P. Pedro Arrupe, S.J., que en su carta del 27 de diciembre de 1979 “Sobre la preparación para la Ordenación Sacerdotal” invitaba a los candidatos a la ordenación sacerdotal a un ejercicio profundo de reflexión marcados por la claridad y la libertad para convencerse sobre los aspectos más importantes de la vida y la vocación jesuita.

En esta ocasión, 19 escolares teólogos de diferentes provincias llegaron al Centro Loyola, en El Salvador, para participar en talleres de afectividad y sexualidad, Ejercicios Espirituales y talleres de sacerdocio. Las actividades incluyen también peregrinaciones a puntos importantes en la historia martirial de El Salvador: la visita a El Paisnal, lugar de martirio del beato Rutilio Grande; la residencia en vida de San Óscar Arnulfo Romero y las instalaciones de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, donde fueron asesinados los sacerdotes jesuitas y sus colaboradoras en 1989. Todo esto tiene como finalidad profundizar en la vida y obra de los mártires salvadoreños para aplicar sus enseñanzas y creencias en la vocación.

Las figuras de estos mártires y su presencia en la historia reciente de El Salvador, Centroamérica y América Latina son una de las razones que motiva la organización del Mes Arrupe en El Salvador: además de conocer sus historias de vida y de martirio, el encuentro con los territorios que habitaron y desde los que evangelizaron permite estar en contacto con su inspiración y su ejemplo en la búsqueda de la verdad y la justicia. Es en este sentido, también, que el Mes Arrupe propone que los escolares compartan con comunidades cristianas, todo con el fin de conectar con una Iglesia más cercana y más humana.

La experiencia del Mes Arrupe es hoy más que nunca un paso claro en el horizonte que marcan las Preferencias Apostólicas Universales, especialmente en la búsqueda del camino hacia Dios a través del discernimiento y de los Ejercicios Espirituales. El diálogo y las propuestas de este mes son respuestas concretas de la Compañía de Jesús a una sociedad cada vez más exigente con la verdad y con la coherencia en las acciones, todo a través del contacto profundo con Dios.