UNA VIDA DE COMPARTIR Y SOLIDARIDAD
Durante la reunión de enero con su Consejo ampliado, el Padre General discutirá el proceso a seguir por la Compañía en una consulta sobre la pobreza de los jesuitas que ya ha sido anunciada en su carta sobre el Año Ignaciano.
“La pobreza es un aspecto crucial de nuestras vidas como jesuitas”, dijo el P. Sosa. “En estos días de consumismo e individualismo muestra más que nunca cómo estamos llamados a una vida de compartir y que la solidaridad entre los seres humanos es una necesidad y un valor fundamental.”
La reunión tendrá lugar de lunes a viernes,del 11 al 15 de enero; se dedicarán tres días completos al tema de la pobreza. El P. Tom McClain, Ecónomo Generaly el P. James Hanvey, Secretario para el Servicio de la Fe han desempeñado un papel clave en la preparación de la reunión junto con el P. Claudio Paul, Asistente para los países del sur de América Latina, que presidió un pequeño grupo de trabajo.
“La pobreza evangélica ha sido parte de la vida religiosa desde los primeros tiempos”, dijo James Hanvey. “San Ignacio, después de su conversión, la experimentó como una fuente de energía apostólica y la quiso para todos los jesuitas. Ignacio vio que predicar en la pobreza era también una marca de la autenticidad de nuestro testimonio. Creo que esto es más importante que nunca con tantas necesidades urgentes.”
La reunión se va a llevar a cabo en línea e involucra a más de veinte personas de diferentes continentes del mundo. Participan todos los Consejeros Generales, los seis Presidentes de la Conferencia, los Secretarios de los Sectores Apostólicos (Fe, Justicia y Ecología, Educación Preescolar y Secundaria, Educación Superior) y el Tesorero General.
“El voto de pobreza del jesuita es único entre los institutos religiosos”, dijo Tom McClain, Ecónomo General. “Toma su espíritu evangélico y apostólico de la compañía con Cristo que cada jesuita encuentra y sigue como resultado de su llamada en los Ejercicios Espirituales y luego guiado por una única restricción en las Constituciones: no vivir de la renta de los bienes inmuebles sino de la limosna y la justa remuneración. Así que somos enviados hacia adelante tocados por la visión y las pasiones de Él.”
Después de la reunión, el Padre General espera confirmar un proceso, que tendrá lugar en cada Provincia y Región de la Compañía, para ayudar a los jesuitas a profundizar en su vida de pobreza y reflexionar sobre el impacto que tiene en su vida y misión.
“Vivir más profundamente la pobreza implica una conversión”, dijo el P. Sosa. “Queremos seguir a Cristo pobre, estar cerca de Él, acompañarlo en todos los lugares heridos del mundo. Lo hacemos si somos verdaderamente pobres, nosotros mismos, conocemos nuestra total dependencia de Dios y vivimos discerniendo a dónde nos lleva el Espíritu.”
Además del tema central que ocupará la atención del Consejo ampliado durante la mayor parte de la semana de trabajo, los miembros tendrán la oportunidad de tratar principalmente otros dos temas. Compartirán noticias sobre la experiencia de la pandemia del coronavirus y cómo está afectando a nivel mundial la vida de los jesuitas, la Iglesia y nuestras sociedades. También se podrían descubrir vínculos con el tema de la pobreza. El último día de la reunión estará dedicado en gran parte al Año Ignaciano. Se evaluará el progreso de algunos proyectos de la Curia y en las diferentes regiones del mundo. El objetivo será “sentir” cómo la perspectiva del Año Ignaciano, que comenzará el próximo mes de mayo, puede participar realmente en la renovación espiritual de todo el cuerpo de la Compañía.
Fuente: Jesuits Global