CIUDAD DE MÉXICO, 15 Feb. 16 / 07:04 pm (ACI/EWTN Noticias).- Después de su paso por el Hospital pediátrico Federico Gómez, el Papa Francisco sostuvo una reunión de media hora con seis sacerdotes jesuitas en la Nunciatura Apostólica, según informó el portavoz de la Santa Sede, P. Federico Lombardi.
Los jesuitas le obsequiaron al Papa una reliquia de primer grado del beato mexicano Miguel Agustín Pro Juárez, también sacerdote jesuita y mártir de la persecución religiosa que se dio en México entre 1926 y 1929.
La reliquia es una custodia que representa a Cristo Rey y que contiene un resto óseo del Padre Pro que se tomó después de ser exhumado y trasladado a la parroquia de la Sagrada Familia.
“Sabemos que el Santo Padre conoció la historia del Padre Pro cuando estaba en el noviciado, en Argentina. También tiene una gran devoción hacia él porque lo animó en sus tiempos difíciles. Fue por esa razón que nos pareció muy oportuno que durante su visita pudiera recibir este presente”, dijo el promotor de la causa de canonización y sacerdote jesuita, P. Gonzalo Rosas Morales, en diálogo con ACI Prensa.
Tras señalar que están recogiendo testimonios y documentación “para sustentar los milagros del padre Pro”, el presbítero indicó que “hoy tenemos en lista dos presuntos milagros que fueron presentados al señor Cardenal Rivera, para que pueda convocar al Tribunal Eclesiástico y sean analizados”.
Los católicos que eran capturados padecían multas y prisiones por impartir enseñanza religiosa, vestirse como clérigo o religioso, reunirse nuevamente habiendo sido exclaustrados, por inducir a la vida religiosa o realizar actos de culto fuera de los templos.
Dentro de ese contexto el joven sacerdote jesuita Miguel Agustín Pro, quien había sido ordenado recientemente en el extranjero, regresó a su tierra natal (México) e inició un trabajo pastoral parecido al de los primeros cristianos.
El presbítero organizó estaciones ocultas de comunión, oficiaba misas y adoraciones Eucarísticas secretas en la que participaban ricos y pobres. Se las ingeniaba para escabullirse ante las incesantes búsquedas de la policía.
El Presidente Calles lo mandó a arrestar con acusaciones falsas. Finalmente, para evitar que se matara a católicos presos el sacerdote se entregó.
El 23 de noviembre de 1927 le dijeron que expusiera su último deseo. El P. Pro negó los cargos de complot que se le imputaban, pidió unos momentos para rezar, se arrodilló y, entre otras cosas, dijo: Señor, Tú sabes que soy inocente. Perdono de corazón a mis enemigos".
Antes de ser fusilado, extendió los brazos en cruz con el Santo Rosario en una mano y el crucifijo en la otra. Luego gritó: “¡Viva Cristo Rey!”
Fue beatificado por San Juan Pablo II en 1988.
Fotografía oficial del encuentro familiar que sostuvo el Papa Francisco el día de domingo con la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús. Presentes de izquierda a derecha el P. Lombardi SJ (Vocero del Vaticano), el P. Carlos Cervantes SJ (Socio del provincial), el P. Leonel de los Santos SJ (Asistente de lo social), el P. José Luis Serra SJ(Asistente de Pastoral), el Papa Francisco, el P. Francisco Magaña SJ (Provincial), el P. Juan Luis Orozco SJ (Asistente de Educación), el P. Pedro Reyes SJ (Asistente de Formación y el P. Spadaro SJ.
Fuente: Vocaciones Jesuitas Mexico.