El 28 de junio de 1553, Ignacio de Loyola le había escrito una carta a Francisco Javier en la cual le mandaba en virtud de santa obediencia que dejara toda empresa y regresara a Europa. Una de las razones principales de tal solicitud era que con su venida muchos misioneros se sentirían movidos y por lo tanto se requería de alguien que hiciera la selección mejor de los sujetos, “conociendo las cualidades que se requieren”[1]. Ignacio ignoraba que Javier, de 46 años, había muerto más de medio año antes, el 3 de diciembre de 1552.
Entendemos que para la época la correspondencia dependía de muchos factores que hacían incalculable fecha precisa en que sería recibida por el destinatario. Es decir, una carta salía pero no se podía confirmar su entrega en tiempo y forma. De lo que sí estamos seguros es que Ignacio de Loyola utilizó todos los medios que tenía a su alcance para comunicarse con los primeros Jesuitas que iban poco a poco navegando y caminando hacia diversos puntos geográficos del mundo.
Dicho lo anterior, no reflexionaré acerca de la forma en que utilizaban los medios de comunicación disponibles los primeros compañeros Jesuitas, sino que cuestionaré cómo nosotros, migrantes o nativos digitales, que estamos inmersos en la cultura digital, somos capaces de recrear con conocimiento de causa las palabras Facebook, twitter, instagram, nube, guardar, publicar, compartir, etc, que están en nuestro vocabulario diario. Es fundamental considerar el uso que damos a las nuevos medios de comunicación, pues asistimos a una era en la que toda ocupación humana está mediada por los mass media en la cual, como nunca antes, tenemos la oportunidad de conocer y analizar las necesidades e intereses de los seres humanos.
Por tal motivo, me atrevo a presentar intuiciones teóricas que nos obliguen a pensarnos en red y a visualizar diálogo con la inteligencia programada para que sea el ser humano el que haciendo uso racional y bien intencionado pueda utilizarlos tanto cuanto le ayude para el fin con que fuimos creados, como también prescindir de ellos cuando sintamos dificultad alguna en lograr tal objetivo. En esta reflexión nos puede ayudar traer al texto el Principio y Fundamento que plasma Ignacio de Loyola en el texto de los Ejercicios Espirituales[2]:
“El hombre es criado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor y, mediante esto, salvar su ánima; y las otras cosas sobre la haz de la tierra son criadas para el hombre, y para que le ayuden en la prosecución del fin para que es criado. De donde se sigue que el hombre tanto ha de usar dellas cuanto le ayudan para su fin, y tanto debe quitarse dellas cuanto para ello le impiden. Por lo cual es menester hacernos indiferentes a todas las cosas criadas, en todo lo que es concedido a la libertad de nuestro libre albedrío y no le está prohibido; en tal manera, que no queramos de nuestra parte más salud que enfermedad, riqueza que pobreza, honor que deshonor, vida larga que corta, y por consiguiente en todo lo demás; solamente deseando y eligiendo lo que más nos conduce para el fin que somos criados”.
Lo importante es el contenido
Durante mis estudios de Prensa Escrita, dominaba una premisa que ahora traigo a colación: “Si el texto es bueno, aunque lo publiquen en una servilleta, será leído y conocido”. Esto significa que acceder al mundo de la web, convertirnos en usuarios de redes sociales y vivirconectados, no es lo más importante. Lo que interesa es el tipo de contenido que compartimos utilizando los medios que tenemos a nuestra disposición. Y más que compartir, se trata de producir y crear conocimiento utilizando las bondades que nos ofrecen las cientos de aplicaciones que pretenden ser una ayuda para nosotros. Sería triste que llegara el día en que los celulares inteligentes fueran considerados más lógicos que los seres humanos.
Una aplicación tiene detrás de si horas de trabajo e ingenio invertido por programadores que soñaron con hacer la vida de los usuarios más fácil. Aprender idiomas, estudiar geografía, editar fotografías, comunicarnos con nuestra familia, estar en contacto con amigos, etc, todo está dispuesto para que hagamos uso de las bondades provocadas por la popularización de la triple “w” (World Wide Web). Por tales razones, acomodarnos y dejar de producir ideas y contenidos puede convertirnos en simples consumidores o espectadores pasivos que absorben maravillados los frutos del trabajo disciplinado de otros.
En el año 2,001, visité unas comunidades del interior de Guatemala. Llegué a Quiché (región noroccidental) y tras dos horas de viaje en carro y al desaparecer la carretera, me esperaba una caminata de dos horas para llegar a la aldea. Eran alrededor de 25 casas que, como las aldeas que le seguían, no contaban con energía eléctrica en los hogares. Entré a una casa y tenían sobre la mesa unos libros y una radio. Llamó mi atención y para mi sorpresa, eran los libros de texto de IGER (Instituto Guatemalteco de Educación Radial), fundada por el Sacerdote Jesuita Franz Tattenbach[3], que pretendía educar a los pobladores de las comunidades en dónde con dificultad llegaría un profesor. De esa manera conocí el programa “El Maestro en casa”, que ofrecía la educación radial escolar temprana hasta lograr el bachillerato, incluyendo un programa especial para otorgar el título a personas adultas. El programa tenía más de 20 años de estar funcionando en Guatemala[4], es decir, sin importar el conflicto armado interno, el P. Tattenbach estaba apostado por la educación de los más desfavorecidos sin importar las consecuencias.
Imaginar tal labor me parece un buen ejemplo para dejar claro que lo importante no son los medios y tecnologías que tengamos a mano, sino el uso que les demos. ¿Qué haría el P. Tattenbach con los medios y tecnología con la que contamos hoy en día?
Humanidad digital
Ya sea que nos consideremos migrantes o nativos digitales, es importante destacar que como sociedad nunca tuvimos tanta capacidad de participación en dinámicas que busquen democracia. La censura, conforme se populariza el acceso a las redes sociales, se hace una opción que ya no es válida como medio de callar o tapar información necesaria. Tal participación ciudadana y el ejercicio de los llamados periodistas ciudadanos, pone en consideración e invita a reformular el trabajo de los periodistas y comunicadores. Si antes un canal de televisión o un periódico impreso era el único que informaba y orientaba el pensamiento en un país, ahora tal función la desempeñan los mismos ciudadanos. Basta que tengan un celular con acceso a las redes sociales, cámara, algo de entusiasmo, y listo. Sin lugar a dudas tal función ciudadana es un beneficio a todas luces pues nos enteramos casi en tiempo real dónde hay congestionamiento vehicular y qué vías alternas utilizar. Incluso podemos ayudar a las autoridades a localizar a los ladrones, basta con utilizar una que otra aplicación que ubique el celular que nos han robado. Algunos maleantes después de robar tal Smartphone, y para celebrar su logro, se toman la foto para verse sonrientes sin saber que la copia de seguridad se sincroniza automáticamente junto a la localización exacta. Esto significa que el trabajo de los periodistas en la era digital debe buscar nuevos horizontes. En mi opinión, un medio de comunicación debe apostar por la investigación a profundidad de temas que afecten a la sociedad, especializándose en áreas que ayuden a los ciudadanos a reflexionar.
El poder de la participación ciudadana es cada vez más notable y se está configurando en nuevos escenarios en los cuales se debaten y confrontan argumentos. Recordemos un par de casos recientes. Nicollete van Dam retuiteo[5] una imagen que ofendía a la selección colombiana de fútbol. Las reacciones no se hicieron esperar. Cientos de usuarios denunciaron y condenaron la actuación de Nicollete, siendo su renuncia como embajadora de Unicef la solución final. En un metro de Barcelona un par de jóvenes neonazis agredieron a un joven con rasgos asiáticos[6]. El video fue publicado por uno de los responsables e inmediatamente difundido por las redes sociales. Los usuarios iniciaron una campaña de repudio y denuncia contra el hecho violento. Las autoridades informaron por medio de las redes sociales que agradecían toda información que pudiera ayudar a encontrar a los responsables. En menos de 24 horas han logrado identificar a uno de los responsables. En ambos casos fue indispensable la información que tenían las personas en sus dispositivos electrónicos. Eso significa que ahora informar no es acción exclusiva de un diario digital, sino de todo aquel que ejerza tal derecho.
Jesuitas 3.0
En tal entramado de relaciones digitales, la Compañía de Jesús tiene una responsabilidad ineludible que debe afrontar con seriedad. El Padre General de la Compañía de Jesús, Adolfo Nicolás SJ, nos ha recordado que el Papa Francisco ha confirmado los aspectos que la Iglesia pide a los Jesuitas. Uno de ellos es profundidad en lo que hagamos. Es decir. Que si hemos de vivir y aportar en la humanidad digital, la seriedad y profundidad deben ser características principales. Que dejemos los juegos y distracciones por un lado y nos centremos en la reflexión intelectual que “traza un camino de diálogo entre el Evangelio y las culturas, las ciencias y las tradiciones religiosas, y lo hace con su propio lenguaje. En un mundo en que se pone en cuestión el nexo entre fe y cultura, y en el que se pone asimismo en duda el nexo entre fe y razón, es necesaria y urgente una verdadera profundidad intelectual en la vida apostólica”[7].
El reto lanzado nos debe animar a buscar lo esencial en nuestra mundo relacional que parece desbordarnos en información. Por ello, el discernimiento es fundamental para vivir en el mundo digital, tal y como lo pone a considerando el numeral 239 de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, “a dónde voy y a qué”. ¿Para qué abrir Facebook? ¿Qué contenido publicar en mi blog? ¿Qué tipo de información buscar en la web? ¿Qué noticias compartir? ¿Qué pláticas tener por Skype? ¿Qué contenido reproducir en Youtube?
No podemos conformarnos con copiar y pegar una y otra vez lo que otros han hecho. La invitación del P. Nicolás debe cuestionar el uso que damos a los medios de comunicación que debemos considerar, tal y como teorizó McLuhan[8], “una extensión de los sentidos o capacidad psíquica del hombre”. Esto significa que el contenido que publico, las fotos que comparto y la información que me gusta, si bien son elementos particulares y puntuales, al final se trata de la expresión única, absoluta e integral de cada ser humano, de cada usuario.
Adolphe Gesché[9], nos invita a replantear nuestro lugar en el mundo considerando el nuevo giro antropológico que devuelve el cosmos al hombre. Es decir. La creación es también parte fundamental de la vida del ser humano, y como tal, no puede pasar desapercibida ni menospreciada. Gesché afirma que el ser humano no puede ser acósmico, que no puede vivir fuera del mundo ni ajeno a él. En el mismo orden de ideas, vale preguntarnos si vemos y valoramos los avances tecnológicos como parte de nuestra humanidad.
El Papa Francisco, en su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, indica claramente que “la red digital puede ser un lugar rico en humanidad: no una red de cables, sino de personas humanas”[10]. Se trata entonces de sentirnos continuadores de la creación de Dios y aportar humanidad donde aparentemente la falsedad y engaño se muestran fácilmente.
En esa apuesta por ser constructores de puentes entre seres humanos, la transparencia, verdad y testimonio deben ser nuestra principal característica.
En una publicación anterior, comenté la idea de considerarme CiberJesuita. Tal apuesta significa, entre otras cosas, decidir hacer buen uso de los medios que tengo a mi alcance. Cabe destacar iniciativas que intentan decir presente en la red con plataformas que dialogan con la inteligencia artificial y crean relación teórica especulativa con la web semántica, tales como pray as you go y Rezando voy, que ofrecen oraciones en mp3.
Poco a poco se van fortaleciendo las páginas webs que quieren ofrecer una guía para realizar Ejercicios Espirituales Ignaciano online, así como aquellas en las cuales el contenido religioso se perfila con lenguaje periodístico, tales como The Jesuit Post, Territorio abierto, y PastoralSJ. Parroquias, Fe y Alegría, IGER, Colegios, Universidades, Centros de investigación, Provincias, Curia General, etc, apuestan por incluir dentro de la web la misión a la que han sido llamadas.
La página web de la Conferencia de Provinciales Jesuitas en América Latina (CPAL), presenta información valiosa del esfuerzo que se está realizando como región para pensarnos a futuro en proyectos comunes. Eso no fuera posible sin la capacidad de comunicarnos que tenemos hoy en día.
Con seguridad, de vivir en la época actual, Ignacio de Loyola ubicaría a Francisco Javier en el gps, trazarían rutas en google maps, compartirían fotos en instagram, y planearían estrategias pastorales por medio de video conferencias.
El hecho de llamarnos CiberJesuitas, debe invitarnos a vivir no como simples evangelizadores y educadores, sino como testimonios vivientes que se esfuercen por ser coherentes. En esa búsqueda deben aflorar estudios y análisis que relacionen nuestro estilo de vida con el medio ambiente y la justicia. Claro está que acceder a la web es un privilegio que conlleva responsabilidad pues según cifras de International Telecommunication Union, alrededor del 40% de la población mundial tiene algún tipo de acceso a internet. ¿Y el otro 60%?
El reto nuestro será pensar la construcción de humanidad digital desde América Latina. Nuestros indicadores de pobreza, marginación y desigualdad social nos imponen términos desde los cuales debemos crear conocimiento que busque igualdad y tolerancia en la vida toda. En nuestros países latinoamericanos, donde los ladrones matan por arrebatar un celular, donde andamos buscando siempre señal de wifi sin contraseña, y donde ahorramos para tener un plan de datos básico, es urgente pensar en términos propios qué puede significar el acceso a la web con tales carencias. Por ello es necesario educar y educarnos en el uso que podamos hacer de las tecnologías de la información y comunicación, pues si el acceso es limitado y lento, eso podría indicarnos que debemos aprovechar en algo útil esos pocos minutos en que nos conectamos.
Transitar las calles digitales en las cuales todos nos enteramos de hambrunas y guerras, tendría que llevarnos a cuestionar cómo en un mundo tan comunicado como el nuestro existe tanta indiferencia y egoísmo ante el dolor de nuestro hermano.
Parte de nuestro discernimiento debe incluir la reflexión acerca de cómo debemos prepararnos para vivir y relacionarnos el día que la red se agote. Sería un error considerar que las tecnologías son infinitas e ilimitadas sabiendo que los recursos que consume son finitos y limitados. Esa es la tensión con la cual debemos pensar el futuro y educarnos en humanidad para asumir los cambios que vengan.
Ser CiberJesuita y dar vida a la apuesta de la etiqueta Jesuitas 3.0, más que un privilegio es una tarea que debemos asumir con claridad y responsabilidad para comunicar esperanza, sabiendo que al final debemos trabajar buscando la excelencia en todo como si dependiera de nuestras fuerzas, sabiendo que en definitiva todo depende de Dios.
© Francisco Díaz, SJ
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[1] Obras de San Ignacio de Loyola. Biblioteca de Autores Cristianos, 1977. Pg. 944.
[2] Ignacio de Loyola. Ejercicios Espirituales, Sal Terrae, 1985. Principio y Fundamento, Anotación 23.
[3] Franz Tattenbach SJ, nació en Munich, Alemania, el 17 de enero de 1910. Falleció el 11 de agosto de 1992. El 4 de octubre de 1973 funda el ICER (Instituto Costarricense de Educación Radial), modelo educativo que reprodujo en Guatemala en 1979.
[4] IGER. Recuperado el 1 de julio de 2014, en http://iger.edu.gt/node/1
[5] Colprensa/El colombiano. (2014, 20 de junio). Nicolette van Dam renunció a Unicef tras escándalo de foto en Twitter. La República. Recuperado el 1 de julio de 2014, enhttp://www.larepublica.co/nicolette-van-dam-renunció-unicef-tras-escándalo-de-foto-en-twitter_136171
[6] El Comercio. (2014, 30 de junio). Neonazis agreden a joven asiático en el Metro de Barcelona. Recuperado el 1 de julio de 2014, enhttp://elcomercio.pe/mundo/europa/neonazis-agreden-joven-asiatico-metro-barcelona-noticia-1739595
[7] Jesuitas del Perú. Reforzar “la misión de investigar”. Recuperado el 1 de julio de 2014, en http://jesuitas.pe/novedades/intelectual/289-reforzar-la-mision-de-investigar – .U7L_m42BNPQ
[8] Marshall McLuhan. Comprender los medios de comunicación:
Las extensiones del hombre. Recuperado el 1 de julio de 2014, enhttp://mmcluhan.galeon.com/
[9] Selecciones de Teología. Adolphe Gesché. Recuperar una teología de la Creación. Recuperado el 1 de julio de 2014, enhttp://www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol24/95/095_gesche.pdf
[10] Papa Francisco. (2014, 24 de enero) Mensaje del Santo Padre Francisco para la XLVIII jornada mundial de las comunicaciones sociales. Recuperado el 1 de julio de 2014, enhttp://w2.vatican.va/content/francesco/es/messages/communications/documents/papa-francesco_20140124_messaggio-comunicazioni-sociali.html