Skip to main content

Adolescentes y jóvenes de las obras apostólicas de la Compañía de Jesús en Honduras participaron en un encuentro que representó una pausa al contexto sociopolítico convulso del país para encontrar un espacio de fraternidad y reflexión.

 

Por Comunicaciones PROCAM

 

La Red Juvenil Ignaciana (RJI) en Honduras llevó a cabo su III Encuentro Nacional con el propósito de superar los sentimientos de egoísmo e individualismo para salir en comunidad al encuentro del otro. En el evento participaron 90 adolescentes y jóvenes de las obras apostólicas de la Compañía de Jesús en el país centroamericano.

El espacio, que se caracterizó por la fraternidad y la inclusión, contó con actividades lúdicas, de formación, reflexión y de oración comunitarias. Estos encuentros reafirmaron en las y los participantes el deseo de seguir contribuyendo a la transformación social desde el corazón y que solo puede experimentarse en comunión íntima con Dios.

Algunos de los y las jóvenes asistentes manifestaron que las experiencias les permitieron reconfirmar que “con sueños no individualistas, creatividad y alegría contagiosa, tienen la capacidad de transformar la realidad en la que viven, y además, hacer bulla para que los actores encargados cumplan sus compromisos sociales”.

El contexto sociopolítico de Honduras se ha caracterizado, en los últimos años, por un ambiente convulso que tiene su origen en la violencia institucionalizada que origina, a la vez, pobreza y desigualdad. Y es en medio de este contexto que la RJI propone una pausa esperanzadora, que permita reconocer la presencia del Reino de Dios que crece como una semilla de mostaza, y que, con el compromiso de todos, se convierte en un mundo de paz, justicia e inclusión.

El acompañamiento a la juventud continúa siendo un gran reto, pero la Red Juvenil Ignaciana de Honduras abre posibilidades de consolidación de fuerzas juveniles organizadas que, desde espacios de fraternidad y oración, apuestan por un futuro esperanzador.

En el III Encuentro Nacional de la RJI la fraternidad germinó desde el acompañamiento mutuo. De acuerdo con asistentes al mismo “fue una fuerza colectiva entre pares que derribó la máscara que no permite ver, sentir y escuchar los gritos de la juventud que son signos de este tiempo”. Las palabras del beato salvadoreño Rutilio Grande, S.J., que inspiró el nombre de la RJI, acompañó en todo momento a los asistentes al encuentro: “ponerle patas al Evangelio”.