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En su presentación a los Superiores Mayores de Europa reunidos en Drongen (Bélgica), el Superior Regional Marc DeSmet presentó con realismo la situación de la Región ELC. Los jesuitas de los Países Bajos y Flandes (ELC – European Low Countries) son pocos y están muy dispersos. Pero no lo hizo en tono lacrimoso ni con espíritu derrotista. ¿Cómo pudo hacerlo así? En gran parte porque su región está siendo animada por la Red Apostólica Ignaciana IgnAN. ELC ha decidido garantizar por esta vía una participación real y efectiva de los laicos en la dirección de las obras y actividades de la Región. Nos hemos reunido con la coordinadora de la Red, Cecilia Vanneste.

La iniciativa nació en 2007, nos cuenta, durante una reunión del entonces Provincial con los directores de obras y movimientos ignacianos. Hasta entonces, estas personas, cada una ocupada en llevar adelante su propio proyecto, no se conocían. Cecilia era entonces presidenta de la CVX de Flandes. Comenzaron a reunirse dos veces al año, se constituyó un comité de dirección, los jesuitas y los líderes laicos iniciaron un régimen de visitas mutuas. Y cuando fue claro que necesitaban una persona dedicada a esta nueva Red, Cecilia, que había vivido en el medio ignaciano a lo largo de treinta años, fue elegida coordinadora.

Su planteamiento fue sencillo y claro: recorrió todas las obras planteando una pregunta básica: “¿Qué necesitan, como obra ignaciana, vinculada a la Compañía de Jesús?” La respuesta fue igualmente sencilla y clara: “¡Formación para nuestros colaboradores, más jesuitas, más dinero!”

“Para la cuestión de la formación”, dice, “me inspiré en el programa de formación de los jesuitas ‘Partners in Mission’, que estábamos desarrollando junto con las Provincias de la Compañía de Irlanda y Gran Bretaña. En consecuencia, comenzamos a ofrecer jornadas de formación a todas las personas que colaboraban en nuestras obras. Vimos que no sólo se mostraban satisfechos con lo que aprendían, sino que se establecía un conocimiento mutuo que viene dando sus frutos desde entonces. Lo que me escribió uno de los participantes me confirmó la importancia de estos encuentros: ‘Ese día ha sido muy importante. Y no sólo para mi trabajo, sino también para mí mismo, para mí como marido, para mí como padre’. A continuación, extendimos estas jornadas de formación ignaciana a los miembros de los consejos de administración de las obras”.

Para satisfacer las otras dos necesidades (más jesuitas y más dinero), Cecilia misma asistió a cursos universitarios de recaudación de fondos, ya que la red apoya cualquier iniciativa de las obras en este ámbito. En cuanto a las vocaciones, suya ha sido la idea de pasar de la existencia de un único promotor vocacional a formar un equipo, que incluye dos jesuitas y dos laicos. Este grupo puso en relación las diversas obras apostólicas que trabajan con jóvenes adultos, agrupándolas en la JOIN: Red Juvenil Ignaciana.

La red IgnAN cree poder desempeñar un papel con los jóvenes en un contexto tan secularizado como el de Flandes. Muchos de ellos viven circunstancias difíciles: necesitan que se les escuche y se llegue hasta ellos primero en el mundo digital. Cada vez son más las personas que siguen los podcasts de “Pray as you go”, así como las que participan en los retiros de Adviento y Cuaresma (20.000 personas se inscribieron la última vez). Y a partir de ahí, algunos se acercan a vivir una experiencia espiritual en una casa de ejercicios.

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El éxito de las relaciones entre laicos y jesuitas en la Región ELC se basa en gran parte en las relaciones interpersonales. “Laicos y jesuitas tienen ocasión, en cualquier momento, de conocerse y de comunicarse entre sí. Los responsables de las obras se apoyan mutuamente tanto en cuestiones prácticas como colaborando a nivel más profundo, haciendo posible, por ejemplo, que JRS (Servicio Jesuita a Refugiados) esté presente en nuestros colegios o que se ponga en marcha el proyecto de dedicar una parte del Centro Espiritual Oude Abdij de Gante a escuela secundaria”.

Por último, cuando se le pregunta a Cecilia Vanneste si tiene alguna sugerencia que hacer a otras Provincias de la Compañía acerca de la relación entre jesuitas y laicos, responde: “Sugeriría simplemente que reuniesen a las personas, jesuitas y laicos, y les dejasen soñar sobre lo que podría ser. Que escuchen y detecten que necesidades hay. Y todavía una cosa. En el pasado los laicos se formaban a través del roce diario con jesuitas, pero dado que ahora no existen apenas jesuitas en las instituciones, necesitamos ofrecer formación concreta sobre quién fue San Ignacio, sobre la Compañía de Jesús a nivel universal, sobre el discernimiento, sobre las Preferencias Apostólicas Universales. Los miembros de la CVX, por ejemplo, pueden acompañar y de hecho están acompañando ya, este programa de formación”.

Fuente: Jesuits Global