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La historia de Fe y Alegría en Nicaragua constata que la educación inclusiva y de calidad es capaz de generar un cambio social, construyendo así sociedades más justas y equitativas.

 

El 22 de agosto de 1974, Fe y Alegría inició su labor en Nicaragua. Hoy, tras 50 años de dedicación y compromiso, se ha consolidado como un movimiento reconocido por su enfoque en la educación popular integral y la promoción social.

Fe y Alegría en Nicaragua nace con la visión de brindar oportunidades a los sectores más desfavorecidos de poder acceder a un modelo educativo inclusivo y transformador, y de esta manera, fomentar un desarrollo integral en las personas, construyendo así sociedades más justas y equitativas, en donde se promueva la equidad de género e igualdad, así como la justicia social.

Como movimiento de educación popular y promoción social, están comprometidos desde sus inicios en garantizar una educación de calidad para niñas, niños, adolescentes y jóvenes de sectores empobrecidos, ofreciendo desde educación inicial, primaria, secundaria hasta técnica, además de capacitaciones a docentes y mejoras en las condiciones educativas, desde su red de  22 centros educativos propios distribuidos en 9 municipios de Nicaragua y  105 centros asociados y comunitarios pertenecientes a la iglesia católica.

La educación de estos centros educativos se caracteriza por ofrecer una educación que va más allá del desarrollo académico, pues estos a su vez se enfocan en el crecimiento a nivel personal, emocional y social de las y los estudiantes, mediante recursos pedagógicos actualizados, promoviendo así un aprendizaje significativo que busca formar ciudadanos comprometidos y capaces de generar cambios positivos en sus comunidades al concientizarlos sobre sus derechos y fomentando una cultura de respeto y dignidad.

La implementación de la formación de competencias prácticas, tales como el uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), también son elementos destacables de la labor de Fe y Alegría en Nicaragua, puesto que gracias a estas acciones han facilitado la transición al mundo del trabajo de muchos jóvenes.

La trayectoria de Fe y Alegría en Nicaragua es un sinónimo de compromiso, resiliencia y transformación al destacarse como una organización educativa, convirtiéndola en un pilar esencial para el desarrollo de un modelo educativo inclusivo y de calidad, evidenciando que la educación puede ser un poderoso y formidable motor de cambio social.