Skip to main content

Evangelio del día, Juan 15, 9-11

“Como el Padre me amó, así también los he amado Yo, permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como Yo he cumplido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho todas estas cosas para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea completa”.

Palabra del Señor.

Compartimos una reflexión a cargo del P. Carlos Manuel Álvarez Morales, S.J.

Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor

Dios no nos pide cumplir sus Mandamientos para complacerlo a Él; tampoco los cumplimos para que no se enoje y así no tome una actitud contraria hacia nosotros. Si Dios nos pide cumplir sus Mandamientos es porque somos nosotros mismos quienes los necesitamos para vivir una vida más plena, más gozosa, más verdadera. Si no cumplimos sus Mandamientos, Dios no se enojará, pero seremos nosotros quienes estaremos perdiendo algo grande para nuestra vida.

Si yo cumplo los Mandamientos que el Señor me pide hacer vida, siempre es para mi propio beneficio, nunca para beneficiar a Dios por eso; pues Dios es Dios, es el Todo, por tanto nada necesita de mí. Que Dios me pida cumplir sus Mandamientos, es porque piensa en mí, en su criatura, siempre necesitado de Él, de su guía, de su acompañamiento, para vivir una vida coherente, que me permita una realización plena en todo cuanto realizo.

¿Soy plenamente consciente que Dios siendo el Todo nada puede necesitar de mí, pero yo si necesito de Él?, ¿es mi cumplimiento de los Mandamientos del Señor con la conciencia de que son para vivir una vida más acorde a sus enseñanzas?