Evangelio del día, Mateo 5, 17-19
“No crean que he venido a suprimir la Ley o los Profetas. No he venido para suprimir la Ley, sino para llevarla a la forma perfecta. En verdad les digo: mientras dure el cielo y la tierra, no pasará una letra o una coma de la Ley hasta que todo se realice. Por tanto, el que ignore el último de esos mandamientos y enseñe a los demás a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los Cielos”.
Palabra del Señor.
Compartimos una reflexión a cargo del P. Carlos Manuel Álvarez Morales, S.J.
No he venido a suprimir la ley, sino a llevarla a la forma perfecta
Jesús se está refiriendo a la Ley de Dios, que consiste en vivir plenamente una relación de amor con todos los demás, sin hacer excepciones de ningún tipo; esto lo plantea porque desde la institución religiosa de su tiempo, el Señor encontró mucha falsedad e hipocresía, conformada por una Ley desprovista del amor de Dios, enfrascada más que todo en una imposición de preceptos y normas, que mas que acercar a Dios, llenaban de temor a los creyentes.
Jesús me enseña que su Ley es la del amor, y que todo lo que no contenga su amor, está fuera de su proyecto de salvación. Por tanto, la forma perfecta para que yo viva tiene que estar cimentada en el amor de Dios, de lo contrario todo se convierte en pura ideología, que está desapegada totalmente del Evangelio. Como seguidor de Cristo, yo también estoy invitado a llevar la Ley a la forma perfecta, y esta solamente podré llevarla a cabo, mediante el amor.
¿Cómo ha sido mi experiencia con Dios en la vivencia de su Ley de amor?, ¿qué dificultades he encontrado para vivir la Ley de Dios desde el amor?