Evangelio del día, Juan 6, 30-35
“La gente preguntó a Jesús: ¿Qué puedes hacer? ¿Qué señal milagrosa haces Tú, para que la veamos y creamos en Ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, según dice la Escritura: Se les dio a comer pan del cielo. Jesús contestó: En verdad les digo: No fue Moisés quien les dio el pan del cielo. Es mi Padre el que les da el Verdadero Pan del Cielo. El Pan que Dios da es Aquel que baja del Cielo y que da vida al mundo. Ellos dijeron: Señor, danos siempre de ese pan. Jesús les dijo: Yo soy el Pan de vida. El que viene a Mí nunca tendrá hambre y el que cree en Mí nunca tendrá sed”.
Palabra del Señor.
Compartimos una reflexión a cargo del P. Carlos Manuel Álvarez Morales, S.J.
El pan que Dios da es aquel que baja del cielo y que da vida al mundo
Jesús es Quien baja del cielo para hacerse presente entre nosotros; Él procede del Mismo-Dios, como su Hijo y Enviado, para proclamar la salvación al mundo. Jesús nos da vida al mundo entero a través de su Palabra, y solamente serán salvos quienes quieran vivir de acuerdo con lo proclamado por el Señor, pero quienes no quieran asumir su anuncio de salvación, tienen la libertad de no hacerlo, pero ellos mismos se estarán condenando, no Dios.
Siempre que me alimento de la Palabra de Jesús, me lleno de vida, pues Él es ese Pan que ha bajado del Cielo para ser Vida en mí y en todos los demás. Su Palabra es un alimento que me nutre, que me alienta, que me llena de esperanza, y de amor; pero todo esto no es para que se quede en mi interior en puros sentimientos, sino para que yo lo haga vida en cada encuentro con los demás, de lo contrario se irá esfumando y nada quedará dentro de mi corazón.
¿Cómo ha sido hasta ahora mi experiencia de nutrirme de la Palabra del Señor?, ¿cómo he ido haciendo vida la Palabra de Dios en mi encuentro con los demás?