Discerniendo las Preferencias Apostólicas Universales
El proceso más importante que está viviendo la Compañía de Jesús a nivel universal, como cuerpo apostólico plural (no sólo jesuítico), es aquel al que nos ha invitado el P. General en cumplimiento del mandato que le dio la CG 36 de que “…revise el proceso – iniciado por la CG 34 y proseguido por el P. Peter-Hans Kolvenbach – de evaluar cómo se llevan adelante nuestras actuales preferencias apostólicas y que proponga, si fuere oportuno, otras nuevas.” (D2, n. 14). Y la misma congregación agrega que: “el discernimiento de tales preferencias debería contar con la más amplia participación posible de toda la Compañía, así como de quienes están involucrados con nosotros en nuestra misión.”
En el diseño y animación de este proceso se ha venido trabajando desde el final mismo de la Congregación General. Las dos primeras reuniones del Consejo General Ampliado (tempo forte en Roma) en junio y septiembre de 2017 fueron, casi totalmente, dedicadas a esa tarea. Es así como a lo largo del segundo semestre del año pasado el P. General nos regaló con esas tres magníficas cartas: una sobre Nuestra Vida y Misión, otra sobre El Discernimiento en Común, y otra en la cual nos pide participar activamente en el discernimiento de las Preferencias Apostólicas Universales.
Y ahora estamos todos y todas en ese estado: en discernimiento (haciendo lo que nos toca hacer en él), es decir: conversando, buscando, preguntándonos, orando personal y comunitariamente sobre cuáles deben ser las Preferencias Apostólicas de la Compañía Universal.
¿Serán cinco, o cuatro, tres o menos? Eso le toca decidirlo al P. General. A nosotros nos toca ponernos en estado de discernimiento y dejarnos interpelar por Dios en la historia y en los textos inspiradores, y proponer en nuestras comunidades y equipos apostólicos -con las gafas de un cuerpo apostólico Universal- las preferencias que consideremos indispensables.
No hay “modelos” de preferencias, y el P. General no ha querido condicionar el diálogo y la búsqueda de todo el cuerpo apostólico. Pero lo que sí nos ofreció en el último Consejo Ampliado en Roma (enero de 2018), y que a mi manera de ver constituye una clave fundamental para definir qué puede venir a ser una Preferencia Apostólica Universal, son estos tres pequeños apartes de su alocución conclusiva. Dice el P. General:
“Las PAU son un esfuerzo por ver nuestro futuro con la luz del Señor (sal 35; Jn 8,12). Queremos que sean el fruto de un discernimiento en común del cuerpo apostólico de la Compañía de Jesús, expresado por su cabeza y confirmado por el Santo Padre de manera que se conviertan en envío a la Compañía por parte de la Iglesia (No. 2).
Las PAU nos ofrecerán un horizonte temporal 2019-2029 para orientar las actividades apostólicas de la Compañía. Una vez formuladas las PAU haremos el esfuerzo de concretar las metas que queremos alcanzar y diseñar algunos indicadores que nos permitan saber que caminamos (No. 3)
“Cada una de las preferencias formuladas debe ser encarnada en:
a) La espiritualidad ignaciana
b) El crear y acompañar procesos sociales orientados hacia la justicia
c) El apostolado intelectual
d) Los modelos pedagógicos de la educación formal e informal
e) La dimensión ecológica
f) La formación de los jesuitas y los compañeros de misión (No. 5)”
Les invito a todos y a todas, compañeros jesuitas y otros colaboradores, a hacer de estos tres párrafos motivo de nuestra atención y oración, pues iluminan mucho la contribución que estamos invitado a hacer en el discernimiento de toda la Compañía.
ROBERTO JARAMILLO, S.J.
Presidente de la CPAL
Febrero de 2018