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Es muy arduo convertir nuestra mirada en el momento que vivimos como humanidad.P. General Arturo sosa, SJ

Estas fueron las palabras del P. Arturo Sosa, durante la homilía de la celebración del Miércoles de Ceniza que presidió para la comunidad de la Curia General. He aquí algunos extractos de esa homilía que pueden inspirar nuestro modo de rezar y vivir durante la Cuaresma.

“Al recibir la ceniza en nuestras cabezas, en este 2021, sentimos en todo nuestro cuerpo el peso, el cansancio de un año lleno de tensiones e incertidumbre, que parece no tener fin. San Pablo recuerda a los cristianos de Corinto el mensaje que se dirige a nosotros en este momento. Dice con firmeza: ‘¡Aquí está el tiempo favorable, aquí está ahora el día de la salvación!’ (2 Cor 6,2).

Se nos invita a comenzar la Cuaresma convirtiendo la mirada; junto con la ceniza se nos ofrece un colirio para los ojos, para que veamos la acción de Dios en este tiempo y la sintamos como kairòs, como un momento favorable. Además, recibimos la ceniza como señal de nuestro deseo de convertirnos al Señor y de experimentar que ya estamos viviendo el día de la salvación.

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Es muy arduo convertir nuestra mirada en el momento que vivimos como humanidad. Si miramos los boletines diarios de los servicios sanitarios de Italia o de cualquier otro país, si miramos la lista de nuestros hermanos jesuitas contagiados o fallecidos, si miramos los mensajes de nuestros familiares y amigos, nuestra mirada se nubla… sentimos, más bien, la ausencia de Dios y anhelamos que este momento llegue a su fin.

El mismo San Pablo nos ofrece la clave para romper este círculo, para cambiar nuestra mirada y levantar nuestras almas abatidas: ‘Les rogamos en nombre de Cristo: reconcíliense con Dios’ (2 Cor 5,20). La posibilidad de nuestra conversión no reside en nuestras propias fuerzas, ni siquiera cuando están menos debilitadas, y aún menos en el momento actual. Sólo la acción de Dios puede cambiar nuestra vida.

Al recibir la ceniza sobre nuestras cabezas, confirmamos nuestro compromiso con la tarea que hemos recibido de contribuir con los demás a una misión de reconciliación y justicia: ‘Si alejas de ti toda opresión, si dejas de acusar con el dedo y de levantar calumnias, si repartes tu pan al hambriento y satisfaces al desfallecido, entonces brillará tu luz en las tinieblas y tu oscuridad se volverá mediodía. (Is 58,9-10)

Profundizar en nuestro compromiso con la elección realizada como miembros del cuerpo apostólico de la Compañía, avanzando en el camino abierto por las Preferencias Apostólicas Universales, es lo que transforma la vida de cada uno de nosotros.”

Fuente: Jesuits Global