Palabras de Jorge Cela, S.J., nuevo presidente de la Conferencia de Provinciales Jesuitas en América Latina, (CPAL),
Mi entrada en la nueva tarea en la CPAL ha sido por la puerta de la Semana Santa. Una oportunidad para acompañar a los pueblos sufrientes de América Latina con la mirada puesta en el horizonte de la resurrección, que nos hace levantar la vista y echarnos a andar con una esperanza nueva.
Y siento que esta es nuestra tarea. El Proyecto Apostólico Común nos ha ayudado a levantar la vista y descubrir las fronteras que nos esperan: los excluidos de esta tierra, los jóvenes y las encrucijadas donde se encuentra la fe con nuestras culturas. Y nos devela también la forma de situarnos en ellas desde una nueva conciencia y solidaridad latinoamericana, con la iluminación que nos ofrece la espiritualidad encarnada de los Ejercicios, que nos inspira desde la mística de los ojos abiertos, y fortaleciendo el cuerpo de la Compañía, aliados con tantos colaboradores en esta misión continental.
Hemos escogido que esta será nuestra misión para los próximos diez años. Esta tarea encontraremos nuestra identidad como cuerpo para comprometernos en el servicio de la fe y promoción de la justicia en diálogo intercultural e inter-religioso.
Y lo importante no es apropiarnos banderas o correr adelante acumulando eventos. Lo importante es que nuestra vida fluya por este cauce que nos hemos dado entre todos, para que podamos llegar, juntos y a tiempo, a aportar a la construcción del Reino que soñamos.
Mis primeros encuentros con el sector colaboración, con el equipo ejecutivo de delegados de los sectores, con las redes educativas, con el Servicio Jesuita a Refugiados, con los CIFs, me han llenado el corazón de esperanza.
En camino ya hacia la 24ta. Asamblea de la CPAL en Los Teques, Venezuela, me llena de entusiasmo saber que vamos a buscar juntos cómo responder mejor al llamado del rey Eternal en este momento de nuestra historia. Y siento que la sal de nuestra espiritualidad ignaciana sigue tomando sabor para, pequeña y frágil, ser capaz de dar gusto a este mundo complejo en que vivimos.
Tenemos que hacer operativo el PAC sin dejar que pierda su vocación de proceso por convertirlo en una multiplicidad de actividades. Tenemos que buscar la metodología para que sea inspiración y guía, nunca camisa de fuerza. Que nos ayude a no distraernos, que nos una en el esfuerzo y sueño común.
Tendremos que buscar juntos la manera de organizarnos mejor para: responder a estos retos, formarnos para dar respuesta a un mundo cambiante, saber priorizar lo que es llamado de Dios y hacerlo escuchando todas las voces y aprendiendo a concertarlas en el discernimiento de lo que Dios nos pide hoy desde nuestra realidad.
Y nos vamos a arriesgar e intentarlo porque sabemos que va con nosotros un cuerpo decidido a en todo amar y servir, comprometido con la gente hasta lo más profundo; débiles, pecadores, pero llamados, con una fuerte identidad y unas redes que nos unen en la misión con muchos compañeros y compañeras. Todos ustedes, que nos acompañan en la cotidianidad de la tarea, estarán presentes en esta búsqueda.
Con ustedes contamos.
Jorge Cela, S.J.
Fuente: http://cpalsj.org/