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“Ya no podemos detener el enorme daño que hemos causado.  Sólo estamos a tiempo para evitar daños todavía más dramáticos”, Papa Francisco (Laudate Deum 16).

 

La Compañía de Jesús (jesuitas) en Panamá, reconociéndonos como pecadores perdonados, pero impulsados por la Fuerza de Dios, nos atrevemos a comunicar al país lo siguiente:

1° Llevamos años siendo testigos de la destrucción que han provocado diversos gobiernos en nuestra Casa Común (el ambiente, los bosques, ríos y costas), motivados por un sistema que pone el lucro por encima de todo.

2° “El modelo consumista extractivista causa graves daños”, dicen los señores obispos (251023). Nadie se hace responsable de los daños ecológicos que cada vez son mayores y más graves.

3° Hay leyes nacionales e internacionales que nos protegen, pero no se las hace funcionar.

4° Desde hace unos años se ha querido hacer de nuestro país una enorme mina de oro, cobre, plata y demás productos metálicos. Se ha querido poner el dinero antes que la Vida de la gente, sin importar envenenamientos ni contaminaciones.

5° Lo que ha colmado la paciencia de la gente es la aprobación inconsulta de un contrato con Minera Panamá, un contrato que es inconstitucional, abusivo, entreguista, que compromete seriamente el futuro ecológico del país.

6° Nuestros obispos han hablado claramente: “No escuchar el clamor del pueblo, para avanzar en proyectos mineros que amenazan las fuentes de agua, la vida y el futuro de Panamá, es un grave error” (070723).

Por tanto,

Exigimos al gobierno nacional que respete la ley y la institucionalidad del país y reconozca que envió a la Asamblea un contrato inconstitucional. Que envíe un proyecto de ley que anule dicho contrato. Con chantajes no se resuelven los problemas.

Exigimos al gobierno nacional que escuche el clamor de miles y miles: NO QUEREMOS MINERÍA; que declare el país libre de minería metálica.

Le decimos a la Asamblea que sea consciente -si puede- del error grave que han cometido aprobando un contrato inconstitucional. A ver si se arrepienten de este pecado.

Le recordamos al gobierno que la represión brutal no trae nada bueno, ya dejaron una persona sin un ojo, años antes lo hicieron con cientos de ngäbe, incluso cegaron y mataron a varios y todo quedó impune. Se empieza con bombas y no se sabe dónde se termina.

Reconocemos, apoyamos, alabamos, felicitamos, a todos los que han marchado pacíficamente exigiendo un país limpio de minería.

¡Que el Dios de la Vida, nos dé vida suficiente para seguir luchando por el bien común!

Jesuitas sirviendo en Panamá

Panamá, 30 de octubre de 2023.