El Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación, obra de la Compañía de Jesús en Honduras, cumple 45 años de misión. Hoy, para conmemorar este camino con el pueblo hondureño, conversamos con los jesuitas que estuvieron al frente del Equipo cuando surgió hace cuatro décadas. P. Chema, P. Jesús Sariego y P. Chicho comparten sus experiencias y reconocen el trabajo del ERIC en el territorio hondureño.
El 30 de mayo de 1980, el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación surgió en Honduras como un centro de servicio que invitaba a las parroquias de la región a reflexionar sobre la realidad hondureña, investigar los problemas de la zona y comunicar estas reflexiones a quienes trabajaban en la comunidad parroquial. En este período, P. José María Tojeira, S.J., P. Jesús Sariego, S.J., y P. Antonio Ocaña, S.J., estuvieron al frente de la institución desde la impartición de cursos sobre realidad nacional y el desarrollo de las actividades administrativas.
Comenzó con la publicación de un boletín mensual y la transmisión de un programa sobre noticias relacionadas con la Iglesia latinoamericana junto con el trabajo de formación en las comunidades parroquiales. Uno de los logros más significativos en esa década fue la denuncia de un pronunciamiento sobre la masacre que realizó la Guardia Nacional de El Salvador en la ribera del Río Sumpul, en la república de El Salvador. También estuvo ligado al trabajo con pueblos originarios de Yoro, Morazán y Olanchito en Honduras.
En 45 años, desde aquel 30 de mayo del 80, el ERIC no ha hecho más que crecer y diversificarse para acompañar a comunidades hondureñas desde diversas aristas. Uno de los pilares principales de trabajo del ERIC a lo largo de los últimos años es el acompañamiento a víctimas de violaciones de derechos humanos. El ERIC-SJ también ha trabajado de cerca con las comunidades hondureñas en la defensa de sus territorios y los bienes naturales del país, además de promover la formación de ciudadanos críticos y comprometidos con la justicia social.
Uno de los principales aportes del ERIC a la sociedad hondureña es el Sondeo de Opinión Pública (SOP-ERIC) un instrumento que tiene como propósito aportar a la reflexión, el debate y la búsqueda de caminos de salida a las diversas crisis en Honduras. El SOP presenta las percepciones de la población sobre el cumplimiento de las responsabilidades de las instituciones estatales, valoraciones sobre la corrupción y la impunidad, y se evalúan los principales problemas y sueños de la sociedad hondureña. La presentación del SOP para 2025 coincidió con las actividades de conmemoración del 45° aniversario del ERIC, puede consultarlo haciendo clic aquí.
Hoy, para conmemorar estos 45 años de camino con el pueblo hondureño, conversamos con los jesuitas que estuvieron al frente del ERIC en el principio. P. Chema, P. Jesús Sariego y P. Chicho nos comparten sus experiencias desde el llamado a la misión, el contexto en el que surgió el ERIC y algunos desafíos en su tiempo frente a este. Reflexionan, también, sobre el legado del ERIC para el pueblo hondureño a lo largo de 45 años de formación, acompañamiento y organización popular.
A los 45 años del ERIC, P. Jesús Sariego, S.J.
El ERIC (Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación) nació en mayo de 1980. En aquellos días, los jesuitas atendíamos en Honduras unas 15 Parroquias. Llegamos a ser cerca de 40. Constituíamos una Misión de la Provincia de Missouri, con cierta autonomía (Superior, Economato, Consulta). Americanos y españoles con algún centroamericano, bastante unidos. Nos correspondía la atención pastoral de dos amplios departamentos norteños, Yoro y Colón. Un territorio extenso, muy rural, lleno de aldeas, comunidades y Delegados de la Palabra que visitar. También realizábamos otros trabajos en Radio Progreso, educación secundaria (Instituto San José), Técnica (Escuela Moya) y Artes (Teatro La Fragua). Alguno que otro trabajaba en Olancho y en Tegucigalpa
Nos movíamos bastante abajo, con la gente, visitando, formando, organizando. Eso era lo atractivo… Pero el desgaste de tanto visiteo nos impedía una mirada global sobre la realidad. Acá y allá se percibía la necesidad de conocer más a fondo la situación nacional, el significado de los acontecimientos claves, el desarrollo del país así como algunos retos más regionales. En varias ocasiones asistimos a las reuniones del CIASCA (Centro de Información y Acción Social) de Centroamérica y allá nació esa idea sobre todo en Fernando Bandeira, entonces párroco de Tocoa. El Superior (P. Willmering) apoyó el proyecto. Antonio Ocaña, José María Tojeira y un servidor fuimos destinados a él. La dificultad para algunos radicaba en que esto supondría retirar a algunos compañeros, jóvenes además, del trabajo pastoral directo en las Parroquias.
Lo primero fue organizarse: un lugar (parte de un barracón en La Fragua), un vehículo (una moto), un oferta de cursos a las Parroquias y una pequeña revista a mimeo (Informaciones), además de buscar algunos fondos para sostenernos. Todo era muy simple.
Las demandas comenzaron pronto. Y ahí comenzamos el camino: cursos, talleres y reuniones de estudio. En Olancho, Choluteca, San Pedro, Santa Rosa y, por supuesto Yoro y Colón. Recuerdo un pronunciamiento, en que colaboramos, sobre la masacre del río Sumpul en 1980. Los cursos eran para líderes laicos de Iglesia, clero, y jóvenes. Hasta Obispos había en el auditorio. También llevamos a cabo algún estudio sobre la realidad de la zona, como el que emprendimos visitando con detalle las tribus entonces hicaques (hoy tolupanes) del departamento de Yoro. Recuerdo que, tras no pocas dificultades, llegamos a conseguir el acceso a sus títulos de propiedad de la tierra, otorgados por el P. Subirana en 1858. Estaban casi inaccesibles en un Archivo Nacional de Tegucigalpa. Aquellos fueron tiempos de preparar cursos, diseñar talleres, materiales de estudio, visitar y platicar con gentes de las zonas…
A mí, con no poco pesar, la obediencia me descolgó del ERIC después de año y medio por otro destino fuera de Honduras. El que describo, es solo el ERIC que yo conocí. El de los inicios. Hoy todo ha crecido. Por lo que veo y leo, el trabajo ha seguido y se ha profundizado, con nuevos estudios de asuntos importantes como el trabajo en la maquila, la familia o la juventud. Hoy el ERIC es una voz escuchada, por su autoridad moral, dentro y fuera del país, en temas como el sondeo de opinión pública, análisis nacional, las coyunturas políticas, la defensa de los recursos naturales, la juventud o la migración. La obra siguió y crecieron los estudios, publicaciones, análisis y encuestas. El ERIC de hoy goza de un ganado prestigio por su enfoque sobre la realidad y la organización popular. ¡Feliz Aniversario ERIC!
La Fundación del ERIC, P. José María Tojeira, S.J.
A mí, la fundación del ERIC me tomó por sorpresa. En 1979, después de la reapertura de Radio Progreso, cerrada ese mismo año por el régimen militar (estuvo dos meses y medio cerrada), viajé a España y permanecí allá tres meses. Al regreso el P. Fernando Bandeira me dijo que habían esta hablando un grupo de jesuitas sobre la necesidad de organizar un equipo de formación para los celebradores de la Palabra y para las parroquias. Se trataba de construir programas de formación social, religiosa y pastoral. También como equipo que gestionara una mayor investigación sobre la situación de las parroquias de Yoro y de Colón, bajo dirección jesuita, que abarcaban un poco más de 14.000 Km cuadrados aproximadamente. Me dijo también que en las conversaciones y la propuesta ya realizada, los miembros del equipo seríamos los PP Sariego, Chicho y yo. Yo todavía estaba al frente de la Radio, pero estaba previsto que en enero de 1980 Fidel Sancho me sustituyera.
Así comenzamos a trabajar a principios de 1980 con oficina en uno de los barracones de la Fragua, hoy locales del Intelo-FyA. Nos dijeron que le pusiéramos un nombre al equipo y así, desde las tareas que no encomendaron de reflexión e investigación social, así como comunicación, le acabamos poniendo el nombre consabido, como Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación. Desde el principio tuvimos una integración informal de Fidel, ya director de Radio Progreso, en el equipo. Comenzamos muy pronto a publicar impreso en mimeógrafo un folleto mensual de análisis sociopolítico y a dar cursos inicialmente en los dos departamentos al cargo de los jesuitas pero muy pronto, en el mismo año de la fundación del ERIC, por toda Honduras. Recuerdo algunos cursos tanto a laicos como al clero en Olancho, Choluteca, San Pedro Sula y Santa Rosa de Copán. En la diócesis de Santa Rosa de Copán desarrollamos una relación especial con el clero local que incluyó incluso colaboración en la primeras denuncias sobre la masacre del río Sumpul en 1980. Después de dos años de trabajo, el equipo inicial fue sustituido por otros jesuitas. Los que comenzamos fuimos enviados a diferentes misiones. Pero el ERIC ha continuado siendo un referente en Honduras hasta el presente.
Y así nació el ERIC, P. Antonio Ocaña, S.J.
La idea del ERIC surgió en los finales de los años 70’s, cuando toda Centroamérica estaba convulsionada por guerras y revoluciones, regímenes militares, guerrillas y movimientos sociales, todo un ambiente de inseguridad, miedo y esperanza al mismo tiempo. La Compañía de Jesús en Honduras, aparte del colegio y Radio Progreso, estaba dedicada casi plenamente a la atención pastoral de todas las parroquias de Yoro y Colón. En ese entonces, además de la típica atención sacramental que había dominado por décadas, se empezó a poner especial atención a la formación de agentes de pastoral, especialmente los Delegados de la Palabra. Y así fue cuando un grupo de jóvenes sacerdotes, convencidos de que era necesaria una formación más integral que abarcara no solo biblia, teología, liturgia y pastoral, sino todas las otras áreas de la realidad, tales como el mundo social, político, económico y. claro está, religioso, planteó al entonces superior, Patricio Wade, la propuesta de liberar a algunos jesuitas del trabajo estrictamente pastoral.
Y así nació el ERIC, que debe su nombre a la idea que se tenía en ese momento: Equipo de Investigación (sobre todo de la realidad social), Reflexión sobre la misma, y Comunicación. Fueron, en concreto, Jesús Sariego, Chema Tojeira, y Chicho Ocaña. Iniciaron su tarea con medios muy precarios: una oficina en un barracón de la Fragua (donde hoy está el Intelo), una exigua biblioteca, un viejo mimeógrafo, y una moto. Eso era todo. Desde el primer momento se asistía contantemente a parroquias de toda Honduras, no solo de Yoro y Colón, donde otros sacerdotes con las mismas inquietudes que las suyas pedían cursos de análisis de realidad para sus agentes de pastoral. Hubo infinidad de reuniones para “ponernos al día”, y circulaban nuestros “análisis” impresos en el mimeógrafo por todo el país para el que quisiera leerlos. Se hizo una investigación sobre las tribus hicaques de la que salió un librito que se utilizó como libro de texto por decenas de años en la facultad de Sociología de la UNAH. Y Chema Tojeira publicó además una historia de la iglesia hondureña, que no existía. Pero ante todo y sobre todo se creó toda una red de comunicación con agentes sociales, laicos, sacerdotes y comunidades empeñadas en transformar el país en algo diferente. Poco a poco este equipo se dispersó en otras tareas, pero vinieron otros compañeros que, a su modo, continuaron esta historia de 45 años. ¡Muchas Felicidades!