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Palabra de la CPAL


En Venezuela estamos viviendo quizás la mayor crisis que hemos pasado como país. La dinámica de la economía golpea fuertemente a la gente, especialmente a los más pobres, con una hiperinflación galopante, la situación política y su entrampamiento en el juego de poder desespera a los ciudadanos, la realidad social con la inseguridad, la falta de empleo productivo y los complejos problemas de las instituciones educativas, desaniman el esfuerzo de los venezolanos en pro de una vida digna. Todo esto configura una realidad muy compleja y triste. Jamás llegó venezolano alguno a pensar que podíamos estar en este contexto tan caótico.

Esta realidad nacional está expulsando a los venezolanos hacia otros países, especialmente de Latinoamérica, y ya empiezan a llegar historias de “expulsión” de venezolanos, de personas que pasan las fronteras y se van caminando hacia ciudades de Brasil y Colombia, en fin, estamos en un momento muy crítico de nuestra historia como país.

En medio de esta realidad, la Compañía de Jesús apuesta por la constitución de un sujeto personal y colectivo que sea capaz de construir un país en democracia, productivo y generador de bienestar priorizando a los más necesitados. Por ello, nuestros proyectos están encausados, en primer lugar, a atender todo lo posible las necesidades básicas de las personas, alimentación y medicina, pero mirando el horizonte de esa constitución personal y social.

Creemos que no podemos quedarnos en la queja de lo mal que está todo, de lo mal que lo hace el gobierno, o la oposición, sino que además de la crítica profunda y constructiva, hemos de llevar adelante propuestas.

Desde esta manera de asumir nuestra realidad, se impulsan proyectos y programas como Casa de los Muchachos, de la mano del Movimiento Juvenil Huellas, donde se atiende de manera integral a niños en edad escolar para ofrecerles apoyo alimenticio, refuerzo escolar, atención psicológica, atención pastoral y opciones de recreación. Esto llevado adelante por jóvenes formados en el mismo Movimiento.

La construcción de la sociedad civil y el tejido social son grandes retos asumido por los proyectos Reto País y Tapiz, desde la Universidad Católica Andrés Bello, como aporte a una visión de país democrático y construido desde el liderazgo popular y social. Así también, la formación ciudadana, social y política es asumida por el Centro Gumilla como un valioso aporte a nuestro pueblo, por ello, hoy el programa de formación de este centro se hace presente a lo largo del país gracias al empeño de muchas personas convencidas de la importancia de esta labor y comprometidas con ella.

En las parroquias se está haciendo un gran esfuerzo por el acompañamiento a las personas más necesitadas, se activa la solidaridad y se ejecutan proyectos de alimentación que hagan llevadera la crisis. Fe y Alegría se filtra entre los pequeños resquicios que le deja la realidad para proponer cercanía, apoyo, posibilidades, luchas, sueños, y ganas de empujar hacia un cambio en comunidad.

En fin, cada una de las obras de la provincia y todas en conjunto hacen sus mejores esfuerzos por llevar la Buena Noticia en medio de la desesperanza y el dolor, en medio de la gente que también quiere luchar, que no se resigna, y que quiere apostar por una Venezuela más humana y solidaria. Es importante decir que todo esto es realizado por instituciones que luchan día a día por sobrevivir en medio de la complicada cotidianidad, en la que la hiperinflación juega un papel determinante. Resolver las dificultades ordinarias y cotidianas se ha convertido en una odisea, pues los elementos necesarios para el funcionamiento ya no se consiguen de manera regular. Lo que sostiene todo este trabajo es la vocación personal, pues cada miembro de nuestras instituciones responde con generosidad y gratuidad a la misma. Sabemos por experiencia que es así, pues en ocasiones nos encontramos con personas a las que su salario solo les alcanza para cubrir los gastos de transporte para ir al trabajo y sin embargo, no han dejado de asistir al mismo. Y esto es posible gracias a que la apuesta es no quedarnos cruzados de brazos, tenemos que apostar por aquello que consideramos no solo nos va a hacer caminar hacia adelante en la búsqueda de un nuevo país, sino también porque de la manera en que consigamos esto va a depender su autenticidad y durabilidad.

Necesitamos todo el apoyo posible, y lo agradecemos profundamente, sabemos que contamos con muchas personas e instituciones aliadas que se hacen solidarias, por eso agradecemos el empeño con que nos ayudan. Sabemos que la lucha es de largo aliento y que no hay soluciones mágicas, por ello nos empeñamos en seguir aquí con nuestro convencimiento de que la Palabra Encarnada está en medio de nuestra realidad gimiendo junto a los más necesitados, inspirando a los más decididos y alentando a los más desconsolados.

P. Rafael Garrido SJ – Provincial de Venezuela