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En ocasión del aniversario de su fallecimiento, recordamos parte del trabajo de Jon Cortina, jesuita comprometido con la justicia en El Salvador.

El sacerdote Jon Cortina llegó a El Salvador, en Centroamérica, como parte de su misión de evangelización. Desde entonces, dedicó su vida al trabajo en pro de la justicia social en un país atravesado por 12 años de conflicto armado. Hoy recordamos parte de su legado en la búsqueda de justicia, la defensa de derechos humanos y la promoción del trabajo comunitario en El Salvador.

  • Trabajo pastoral al norte de El Salvador: Jon Cortina trabajó de cerca con comunidades campesinas de zonas rurales y empobrecidas en Chalatenango, al norte de El Salvador, específicamente en Guarjila, donde hasta el día de hoy funciona la casa museo Jon Cortina como un homenaje a su vida y obra de parte de la comunidad. Ahí, ayudó a estas poblaciones a organizarse en torno a proyectos educativos y pastorales, además de brindar apoyo a personas desplazadas por el conflicto armado, ya que el norte del país fue uno de los territorios más afectados por este mismo.
  • Fundación de Pro Búsqueda: Al trabajar de cerca con comunidades afectadas por la violencia del conflicto armado, Jon Cortina acompañó el dolor de familias que buscaban a sus hijos desaparecidos. En 1994 fundó Pro Búsqueda, una organización que buscaba reunificar familias a través de la localización de niños y niñas desaparecidos durante el conflicto armado. A partir de la recopilación de testimonios, documentos oficiales, acompañamiento psicosocial y colaboración con organismos nacionales e internacionales, Pro Búsqueda localizó y reunificó a cientos de familias salvadoreñas.
  • Apoyo durante la guerra civil y promoción de los derechos humanos: Acompañó a las comunidades más afectadas por el conflicto armado y denunció las constantes violaciones a los derechos humanos en este contexto. Además, fomentó la búsqueda de la justicia transicional y apoyó a la reintegración de personas desplazadas por el conflicto.
  • Empoderamiento comunitario: Jon de Cortina creía en la importancia de dotar a las comunidades de conocimiento y herramientas necesarias para la toma de decisiones, la defensa de sus derechos y la mejora de sus condiciones de vida. En ese sentido, promovió espacios de diálogo y aprendizaje basados en la alfabetización y formación en derechos humanos, además de proyectos de desarrollo económico y social para estas comunidades.

El legado de Jon Cortina dejó una enorme marca en las comunidades del norte de El Salvador, donde pasó buena parte de su vida en misión, y en la sociedad civil en el contexto post conflicto armado. En la actualidad, su enfoque de justicia social sigue siendo un modelo de trabajo para organizaciones que trabajan de cerca en la defensa de derechos humanos. La comunidad de Guarjila, en Chalatenango, rendirá un homenaje a su memoria el 14 de diciembre a través del encuentro “Memoria viva, comunidades unidas”, que busca mantener vivo el legado de Jon Cortina entre las nuevas generaciones.

 

 

 

*Imagen de cabecera cortesía de PRO BÚSQUEDA