Juan Berchmans (1599-1621) fue un joven jesuita nacido en Diest, Bélgica, en el seno de una familia humilde. Ingresó al noviciado de la Compañía de Jesús en 1616, tras descartar la idea de ser sacerdote diocesano. A pesar de su corta vida, destacó por su entrega apasionada. Murió en Roma a los 22 años. Aquí te compartimos cinco de rasgos de su personalidad que lo llevaron a la santidad.
- Pasión por la vida
Desde que ingresó al noviciado de los jesuitas en 1616, Juan se destacó por su compromiso apasionado por todo lo que realizaba, comenzando con lo más simple, pues creía que lo ordinario podía ser transformado en algo extraordinario si se hacía por amor y con amor. - Determinación frente a los obstáculos
Nació en una familia muy pobre en Bélgica. En algún momento consideró dejar los estudios y ayudar a su familia, pero pudo encontrar apoyo de personas que creían en su vocación. Más tarde, renunció a la idea de ser sacerdote diocesano —lo que habría beneficiado económicamente a su familia— para unirse a los jesuitas, decisión que mostró su convicción y su capacidad de seguir su llamado espiritual a pesar de las adversidades. - Libertad de espíritu
Juan vivía su fe con intensidad, procurando encontrar a Dios en todo, principalmente en la oración, el servicio y los propios sacrificios. Durante su enfermedad final, cuando sabía que su muerte estaba cerca, hablaba del paraíso con serenidad y confianza. No se sentía atado a esta vida terrena, por eso era capaz de ofrecerla con generosidad. - Humildad y servicio
Antes de ingresar a los jesuitas, Juan trabajó en oficios muy humildes para poder financiar sus estudios. Este período formó en él una actitud atenta y servicial, virtudes que marcaron su vida como religioso. - Capacidad de sacrificio
A pesar de su débil salud, Juan asumió con entrega total las exigencias de sus estudios y otros compromisos, mostrando que cuando se vive con pasión, los sacrificios valen la pena.
Juan Berchmans es recordado como un joven que encontró la santidad en la vida cotidiana, transformando lo ordinario en algo extraordinario.