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Hoy 9 de septiembre, conmemoramos al misionero jesuita San Pedro Claver, conocido como santo patrón de los esclavos.

 

San Pedro Claver dedicó su vida con gran entrega a los esclavos que llegaban a Sudamérica, desafiando el consenso de una sociedad que no les brindaban un trato de seres humanos. Durante 35 años, mostró una compasión inquebrantable hacia las personas marginadas de su tiempo, poniendo en práctica el consejo de Alonso Rodríguez: “Buscar a Dios en los hombres y servirles como imágenes suyas”.

Pedro Claver nació en el año 1580. A partir de 1596, estudió letras y artes en  Barcelona, y  en  1602  ingresó  en  la  Compañía  de  Jesús gracias a una persona destacable en la historia de este personaje, San  Alonso  Rodríguez, un jesuita de ochenta años, con fama de santidad y portero del colegio de los jesuitas de Palma de Mallorca, quien despertó el interés en Claver a la vocación de ser misionero en colonias españolas de América.

Claver se ofreció como voluntario para ir a misiones. En 1610 el provincial lo envió a Colombia. Antes de finalizar sus estudios de teología en Bogotá, se trasladó a Cartagena, en la costa del Caribe, donde fue ordenado sacerdote en 1616. Dicho acto marcó su vida, ya que esto le permitió ofrecer su vocación al servicio de los esclavos que llegaban al puerto desde África. Es importante mencionar que para esas fechas Cartagena era uno de los dos puertos españoles autorizados para recibir esclavos, y se estima que alrededor de 10.000 esclavos se trasladaban por esa vía en condiciones inhumanas. Claver inundado en compasión los esperaba en el muelle con alimentos recolectados a través de limosnas, atendía a las heridas de los enfermos, aplicaba ungüentos y vendas, y les hablaba de la palabra de Dios.

Murió el 8 de septiembre de 1654, luego de haber bautizado y enseñado la fe a más de 300.000 esclavos durante sus cuatro décadas en Cartagena de Indias. Claver es un ejemplo de amor por los más pobres y excluidos, pues se enfrentó con heroísmo a la trata de personas, y entregó su vida a atender a los esclavos que llegaban al puerto, reconociendo a Jesús en quienes ni siquiera eran considerados personas, convirtiéndose hoy en un gran referente de las Preferencias Apostólicas Universales “Caminar con los Excluidos” y “Mostrar el camino hacia Dios”.