Evangelio del día, Mateo 7, 6. 12-14
“Jesús dijo a sus discípulos: No den lo que es santo a los perros, ni echen sus perlas a los cerdos, pues podrían pisotearlas y después se volverían contra ustedes para destrozarlos. Todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos, ahí está toda la Ley y los Profetas.
Entren por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que conduce a la ruina, y son muchos los que pasan por él. Pero que angosta es la puerta y que difícil el camino que conduce a la salvación y muy pocos son los que lo encuentran”.
Palabra del Señor.
Compartimos una reflexión a cargo del P. Carlos Manuel Álvarez Morales, S.J.
Muy pocos encuentran el camino a la salvación
La salvación para todos es una promesa que Dios nos ha hecho, y Él no se retracta de sus promesas. Por tanto, ya no depende de Dios si nos salvamos o no, sino que depende de cada uno de nosotros si queremos a hacer nuestra la salvación prometida. Para obtener la salvación, el camino que elegimos es el de la fraternidad, de la comunión, del respeto, de la inclusión y del amor para con todos los eres humanos, sin hacer ningún tipo de excepción que proviene de las ideologías, sino haciendo vida en el día a día el Evangelio que Jesús proclamó: “Ámense los unos a los otros como Yo los he amado”.
Debo tener muy claro que la salvación no la encuentro por mucho rezar y rezar, ni por muchas prácticas piadosas que ofrezca al Señor, pero vivo provocando infiernos en mis relaciones con los demás. Si bien es cierto que está bien que yo ore, porque de esta manera me nutro en mi encuentro con Dios, lo que sigue a continuación es que aquello que he encontrado en mi oración lo reproduzca en la vida misma, en cada palabra, en cada actitud, en cada gesto, en cada manifestación de amor que yo tenga para con cada uno de mis hermanos, independientemente de quien se trate, pues todos hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios.
¿Qué pasos estoy dando en mi vida para hacer mía la salvación que Dios me ha prometido?, ¿Cómo es mi relación con mis hermanos en el día a día que me conduce a la salvación prometida por Dios?