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Historia de los Jesuitas

En Centroamérica

 

“La Compañía de Jesús en Centroamérica sigue hoy firme en su opción por la fe y la justicia, enriquecida por las últimas Congregaciones Generales, y por ello mira con atención los temas de género, espiritualidad, medio ambiente, migración y diálogo religioso. Presta una mayor atención al cuerpo apostólico que forma con sus colaboradores laicas y laicos en sus instituciones y se vincula a los proyectos regionales de los hermanos jesuitas en América Latina (CPAL)”.

Misión: Nuestra misión apostólica de Fe y Justicia, con sus dimensiones de la proclamación inculturada del Evangelio y el diálogo interreligioso que en la Centroamérica de hoy en la búsqueda de respuestas a los clamores de las poblaciones pobres y excluidas, la expresamos a través de las opciones provinciales y sus condiciones de posibilidad, y la concretaremos en los planes nacionales y sectoriales.

Dios pasó por Centroamérica

… “Una vez iba por su devoción a una iglesia, que estaba poco más de una milla de Manresa, que creo yo que se llama sant Pablo, y el camino va junto al río; y yendo así en sus devociones, se sentó un poco con la cara hacia el río, el cual iba hondo. Y estando allí sentado se le empezaron a abrir los ojos del entendimiento; y no que viese alguna visión, sino entendiendo y conociendo muchas cosas, tanto de cosas espirituales, como de cosas de la fe y de letras; y esto con una ilustración tan grande, que le parecían todas las cosas nuevas” … (Autobiografía, 30).

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1. La Colonia

La historia de la Compañía de Jesús en Centroamérica se remonta a 1575, cuando algunos jesuitas en su paso hacia el Virreinato del Perú, se establecieron por un tiempo en el istmo panameño. Pero no fue hasta 1582 que se formalizó la primera residencia, y dos años más tarde el primer colegio que pronto se convertiría en la Universidad de San Javier de Panamá.

En Guatemala, por su parte, jesuitas provenientes de México, fundaron el colegio San Lucas que también otorgaba grados superiores, y al cual acudían estudiantes de toda la región.    Desde estas sedes se realizaban giras misioneras por el resto de Centroamérica, especialmente entre comunidades indígenas y afroamericanas.

La apuesta por la cultura, el estilo evangelizador y la calidad en la formación dieron buena fama a los jesuitas durante este primer periodo en Centroamérica que duró hasta que en 1767. En este periodo eran unos 600 jesuitas, 200 de origen centroamericano y el resto españoles, italianos, alemanes, mexicanos, entre otros.  Por distintas vías todos fueron enviados al Puerto de Santa María en España, donde se unieron al resto de expulsos de las colonias americanas.  De ahí fueron trasladados a Italia donde conocieron la triste noticia de la supresión de la Compañía (1773).

Escuche al historiador P. Jesús Manuel Sariego, SJ

La colonia

2. La Restauración

La Compañía de Jesús fue restaurada por PioVII en 1814, pero a Centroamérica los jesuitas no volvieron hasta 1843, cuando acompañaban una expedición de belgas colonizadores que desembarcaron en la costa atlántica de Guatemala.  Una década después se funda un colegio en la capital, se asume la iglesia La Merced y se abren residencias en Quetzaltenago y Livigston, desde donde se impulsan misiones a toda la región.

Con las reformas liberales de 1871, los jesuitas fueron expulsados de Guatemala, y ante la imposibilidad de quedarse en El Salvador y Honduras, se dirigeron a Nicaragua.  Ahi, para evitar problemas con el gobierno, se dedicaron principalmente a la pastoral en el campo y la ciudad. Pero finalmente fueron acusados de colaborar en la revuelta indígena de Matagalpa, y en consecuencia, expulsados en 1881.

De ellos, un grupo se estableció en Costa Rica, pero en 1884 también se decretó su expulsión.   

Panamá era el único país con gobierno no hostil, así que un grupo de jesuitas se instaló allá, uno de ellos fue nombrado obispo, y a la orden se les encomendó el seminario, pero en 1896, el sucesor del obispo jesuita entregó sus obras a otros religiosos, con lo cual los jesuitas abandonaron el país. Este fue el fin de la segunda etapa de la Compañía en Centroamérica, para entonces unos 130 jesuitas había trabajado en la región, un tercio de ellos nacidos aquí.

Escuche al historiador P. Jesús Manuel Sariego, SJ

La restauración

3. La Provincia de Centroamérica

En 1914, tras 20 años de ausencia en Centroamérica, los jesuitas llegan a El Salvador y desde ahí se extenderán al restó de países.  23 años más tarde, en 1937, Panamá es anexada a la región y queda constituida la Viceprovincia Centroamericana, dependiente aún de la Provincia de Castilla.  A partir de entonces se sentaron las bases de la actual provincia.  Había en ese momento 178 jesuitas, más de la mitad nacidos en México, el resto de España, Italia y Francia.  Las vocaciones locales eran a penas el 10% pero en aumento a partir de la fundación del propio noviciado en San Tecla en 1949.

En 1976, el P. Arrupe elevó Centroamérica a Provincia, tres años después Honduras, que había sido misión de Missouri, fue integrada.   

Escuche al historiador P. Jesús Manuel Sariego, SJ

La Provincia Centroamericana

4. La confirmación martirial

Impulsados por el Vaticano II, Medellin y la Congregación General XXXI, los jesuitas renovaron sus opciones apostólicas. Se actualizaron los programas de los colegios tradicionales y se abren nuevos colegios en zonas populares, lo mismo que parroquias en áreas rurales y suburbios.  Se fundaron centros sociales y las tres universidades incidían con fuerza en la vida social y política de la región.

La efervescencia apostólica fue potenciada por la CGXXXII (1974) y desembocó en el primer plan apostólico provincial en 1979.    Eran tiempos difíciles, de gobiernos militares e insurrecciones. La Compañía pronto pagó un precio por sus opciones: intimidación, deportaciones y hasta martirios.  El primero fue Rutilio Grande (1977), luego e Pérez Alonso en 1981 y finalmente la comunidad de la UCA de San Salvador en 1989.

Escuche al historiador P. Jesús Manuel Sariego, SJ

La confirmación martirial