«También los cristianos pueden forma parte de redes de violencia verbal a través de internet y de los diversos foros o espacios de intercambio digital. Aun en medios católicos se pueden perder los límites, se suelen naturalizar la difamación y la calumnia, y parece quedar fuera toda ética y respeto por la fama ajena. Así se produce un peligroso dualismo, porque en estas redes se dicen cosas que no serían tolerables en la vida pública, y se busca compensar las propias insatisfacciones descargando con furia los deseos de venganza. Es llamativo que a veces, pretendiendo defender otros mandamientos, se pasa por alto completamente el octavo: ‘No levantar falso testimonio ni mentir’, y se destroza la imagen ajena sin piedad. Allí se manifiesta con descontrol que la lengua ‘es un mundo de maldad’ y ‘encendida por el mismo infierno, hacer arder todo el ciclo de la vida’ (St 3,6).»
Papa Francisco, Gaudete et Exsultate, 115
Fuente: Pastoral SJ