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Radio Progreso nació en 1956, y la Compañía de Jesús adquirió los derechos en 1970 para apoyar la alfabetización a través de escuelas radiofónicas, promover la evangelización liberadora y para acompañar a las comunidades eclesiales de base. Desde entonces hemos sido la Voz de los sin voz, la voz de un pueblo en marcha y la voz que está con vos.

Radio Progreso lo conformamos un equipo que junto al ERIC pertenecemos al apostolado social de la Compañía de Jesús, desde donde articulamos lo social con la comunicación, la investigación con la defensa de los derechos humanos, la denuncia con el acompañamiento desde la fe a las víctimas. Con sus micrófonos insertos entre las comunidades, las organizaciones sociales y el “el pueblo llano, municipal y espeso”, como recuerda el poeta, somos una radio promotora de alegrías y de amaneceres.

Contamos con la solidaridad de iglesias y organismos de cooperación tanto de Europa como de Estados Unidos. Es una solidaridad entre los pueblos, nunca recibimos dineros de gente poderosa, ni de dentro del país ni del exterior, porque somos conscientes que la gente de poder y adinerada nunca ofrece donaciones de gratis, siempre pasa facturas para que nos callemos o digamos lo que ellos quieren.

Contamos con programas propios de recaudación de fondos, y el aporte de la gente sencilla y de comunidades es muy valioso, porque además de contribuir a la sostenibilidad de nuestro trabajo, la radio acaba siendo apropiada por muchísima gente. No aceptamos dineros de personas y empresas violadoras de derechos humanos, y la venta de publicidad de nuestra radio no compromete nuestra línea editorial de denuncia de atropellos y de solidaridad con las víctimas.

Como institución de Apostolado Social de la Compañía de Jesús, Radio Progreso está comprometida junto al ERIC y otros sectores a revertir el modelo actual productor de desigualdades, a revertir el deterioro y degradación ambiental y ecológico, y a promover la lucha frontal contra los autoritarismos y dictaduras, y la corrupción e impunidad que los acompañan, en el marco de una nueva institucionalidad de Estado democrático de derecho que garantice el respeto y la vigencia de los derechos humanos.

Nos sentimos profundamente identificados con la fe de las comunidades y con la hermosa tradición de la Iglesia que desde el Evangelio inspiró la dimensión profética de San Romero, el padre Rutilio Grande, Monseñor Pedro Casaldáliga, Padre Lupe Carney, y a cuyo espíritu se han adherido miles de personas que, en comunidades viven, luchan y comparten abrazos y tamales, mientras anticipan con su testimonio de vida el triunfo del Reino de paz y justicia. ¡Gracias pueblo amado, de los valles y los cerros, de las aldeas y colonias, muchas gracias por repletar nuestros corazones de su generosidad y cariño!!

Fuente: Radio Progreso