Los primeros días de diciembre anunciamos la muerte del P. Moisés Madrid, S.J. ante la noticia muchas personas nos escribieron para dar sus condolencia, otras nos escribieron para dar testimonio por esta razón queremos compartir algunos testimonios de sus exalumnos:
“La muerte no debe ser un motivo de tristeza…
| Léster Germán Cerna Velásquez
“La muerte no debe ser un motivo de tristeza para los cristianos. Debe ser un motivo de alegría pues es el paso a la otra vida, la vida de felicidad y Esperanza que todos los cristianos anhelamos”.
Eso dijo el Padre Moisés Madrid el día en que concelebró la misa de cuerpo presente de mi difunto padre quien fue además su amigo personal, y muy buen amigo.
Hoy en medio de la desolación que causa en mi alma el hecho de que me acabo de dar cuenta que ha fallecido y que no pude estar con él por razones de distancia, entre otras, recuerdo sus palabras pero no puedo dejar de sentir una profunda sensación de tristeza.
Y no porque él, quien de paso sea dicho en boca del Padre Zubizarreta (el Padre Zubi) fue un santo varón, un tremendo apóstol, un auténtico predicador del evangelio y un gran activista social, no pueda estar hoy mismo ante la presencia de su amado Señor Jesucristo a quien dedicó su vida entera incluso sus penas y dolencias.
Sino que porque era alguien tan especial a quien yo quería mucho, a quien yo amaba porque a como muchos sabrán fue como mi segundo padre.
Por su causa y solamente por su causa la vida del hijo de un pobre campesino de pronto se vio truncada cuando, confiando en mí gestionó personalmente la beca a mis nueve años para estudiar en el colegio de élite, el mejor colegio del país, aún al día de hoy para que no se truncara la joya que el vio en mi persona.
Y fue así que gestionó ante el martir Amando López, entonces rector del CCA tal proyecto y así de pronto de una escuelita rural me vi inmerso en un mundo que no conocía, un mundo de lujos y riquezas y de comentarios sobre series de TV que yo no conocía pues ni luz eléctrica teníamos.
Este sacerdote jesuita, católico que llegó a mi pueblito para atender la capilla de mi pueblo llegó creando una auténtica revolución en los pobladores lográndo unir a estos en proyectos de automejora, en un comite de comarca autoconvocado que de entre sus mismos pobladores lograba recolectar para adoquinar su primera calle, reconstruir la Ermita, poner un cerco decente al cementerio y posteriormente gestionó con los católicos alemanes proyectos de Luz eléctrica del cual el tendido llegó el último poste hasta la finca de mi abuela porque realmente él quería que nosotros tuviéramos luz aunque en el trayecto se beneficiaron hasta personas que por ser evangélicos hablaban mal de este hombre santo.
Este mismo venerable anciano, quien dicho sea de paso tuvo el mismo aspecto durante los últimos 50 años debido a una ulceración gástrica por la cual le resecaron el estómago parcialmente, era de los que llegaba en su carrito escarabajo inicialmente y luego una Datsun de tina y encontraba bolitos caídos en los caminos de San Isidro, y ese hombrecito menudo se los echa atuto y los ponía en la tina de la camioneta para ir a dejárselos a sus familiares a quienes regañaba en algunas ocasiones.
Su sentido social que no tenía nada que ver con ideologías pues él era un hombre de Cristo y su prédica era genial. A pesar de ser tan bravo a veces tenía un agudo sentido del humor y su prédica era agradable y amena.
Tenía un sentido práctico y cuando un día vio que mi papá no venía a misa que era a las 9 de la mañana, me preguntó que porqué y yo le dije que mi papá era el manager del equipo de Beisbol Joyería Murlis y que por eso no podía venir a misa a esa hora pues estaban jugando. Inmediatamente cambió el horario de misa para que los jugadores pudieran venir a misa y tener el sacramento de la Eucaristía.
Él me brindó mi primera comunión y yo soñé que fuera el que me casara pero eso ya no pudo ser.
Me bachilleré en el CCA y tomé el rumbo de mi vida.
Puedo decir que su presencia benefactora cambió mi vida y la de mi familia pues mi padre se volvió mas cristiano, dejó los vicios. Mis hermanos, 3 de ellos se bachilleraron en el CCA.
También hubo otros san isidreños que salieron del CCA, pero su discípulo predilecto puedo decirlo con propiedad fui yo.
Él fue mi benefactor. Aunque también lo fue de otras gentes. Pero por su causa yo soy el católico que soy, con la instrucción al respecto que tengo y el entendimiento de las fábulas que los protestantes nos contaban y aún nos siguen contando.
Por él conocí las historias del cristianismo primitivo (cosa que también le debo al Hermano Sáez y al Padre Argueta).
A ese niño sonzo de San Isidro lo trataron de lujo, le dieron lo que no pidió y le transformaron la vida no solo a él sino que a su familia completa.
Un día por razones que no conozco dejó de ir a darnos misa y llegó otro párroco y muchos de los que frecuentaban el templo dejaron de asistir y algunos malagradecidos quienes supuestamente eran muy allegados a él, se fueron a hacer tienda aparte con los protestantes por razones que eran evidentes y públicas dada la bonanza que se les observó. Él regresó un día a una misa y manifestó su dolor con la frase de aquellos que se van a escuchar y ser objeto de fábulas.
Yo me dije a mí mismo que yo no le causaría tal frustración pues yo si entendía mi condición de católico comprometido con la causa de esta amada y legítima iglesia.
Aparte debo mencionar que el Padre Madrid junto a una generación de españoles Vascos muy devotos dejaron la comodidad de sus casas al otro lado del mar para ir allende sus límites, siguiendo la insignia de su fundador San Ignacio y de Francisco Javier y vienieron a estas tierras a depositar sus huesos después de una magna labor de evangelización. No solo educaban con esa educación exquisita de los jesuitas, sino que además se involucraban como auténticos pastores con los pobres. Así tenían el CCA pero también El Loyola, regentaban la iglesia de Santo Domingo, la de Ticuantepe y la de mi pueblo natal y ahí sus obras en beneficio de los pobres quedaron mas que patentes.
Hace algún tiempo le volví a ver. Yo ya vivía fuera de Managua. fui con mi hijo a quien le dedicó una especial ternura. Le vi ancianito pero igual que siempre, muy vivaz y atento. Me tomé una foto con él, pero me fui sin saber que sería la última vez que le vería.Yo siempre le tuve y tendré un enorme agradecimiento.
Espero el señor me brinde la gracia de perdonar mi alma impía y me permita ir al cielo donde de seguro ya está Moisés Madrid Corcuera y me permita abrazarle a él, a mi padre, su gran amigo Germán Antonio Cerna Delgadillo y a mi amada madre Aidalina Velásquez Navarro.
Espero él siga siendo desde el cielo mi benefactor e interceda ante nuestro señor por este siervo que aún queda en la tierra.
Dios me lo reciba en su reino amado Padre Madrid.
Debería, siguiendo sus consejos, estar contento de que está en presencia del señor, pero no puedo dejar de escribir con las congojas que da el hacerlo con lágrimas en los ojos.
Adios querido Padre Madrid.
Hasta pronto.
En los años 70 había un anuncio de café que estaba por todos lados en vallas publicitarias y se repetía una y otra vez en los radioperiódicos de la mañana. Decía: “Nicaragua se levanta con Café Presto”
Una mañana de esos días llegó el padre Moisés Madrid S.J. a su clase de Formación Cristiana de primer año. En esa clase me parece que había siempre cierta tensión entre nosotros por no saber por donde iba a saltar la liebre. Además, el padre siempre tenía un aire entre estricto y desafiante al que superponía cierta decepción intrínseca por la apatía e indolencia de las nuevas generaciones.
Una vez que se hizo silencio , preguntó con su tono característico, entre inquisitivo y misterioso:
– Con qué se levanta Nicaragua…?
Silencio total.
Luego, queriendo ser más persuasivo repitió la pregunta.
– Con qué se levanta Nicaragua…?
Seguramente para evitar ese incomodo silencio en el que podíamos pasar toda la hora, alguien contestó:
: -Con Café Presto padre!
Y el padre Madrid avanzando hacía él en forma ntimidante le replicó: -Nooooooooo!!!…..Nicaragua se levanta con
T R A A A B A A AJ O!!!!
Creo que el padre Madrid fue un buen hombre. Quiso cambiar el mundo pero el mundo tenía otros planes y es posible que fueran mejores. Creo que tenía buenas intenciones e hizo lo que pudo.
Descanse en paz padre Madrid, brille para usted la luz perpetua.