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Reflexiones sobre la encíclica por James Hanvey, SJ

Fratelli tutti es una carta dirigida a toda la Iglesia y, de hecho, a todos los que se preocupan por las relaciones que conforman nuestra vida en común: personales, políticas, económicas, ecológicas y espirituales.

La encíclica del Papa llega en un momento en que el mundo entero está experimentando los efectos del virus Covid 19. No hay duda de que ello pone a todos nuestros sistemas sociales bajo una presión considerable. Además de exponer la fragilidad de las comunidades y las naciones, está tensando las relaciones y los sistemas internacionales también. Lo que el virus está dejando muy claro son las fortalezas, así como las debilidades, de nuestra interrelación. No podemos resolver este tipo de problema de forma aislada. El Papa nos invita a imaginar un mundo mejor, inclusivo y más justo, y a considerar juntos lo que podría ser necesario para llevarlo a realidad. Así que el tema principal de la “amistad social” es muy importante para todos nosotros. A pesar de que el Papa nos dice que la suya es sólo “una modesta contribución” con respecto a todos los problemas con los que nos vemos confrontados (§6), Fratelli Tutti es una fuente de inspiración y esperanza.

En muchos sentidos, Fratelli tutti, continúa Laudato Si’. En Laudato Si’, cuyo título es también una cita de San Francisco, el Papa quiso elevarnos a una nueva visión ecológica de cómo vivimos en “nuestra casa común” ya que somos miembros de un delicado ecosistema. Nos pedía que escucháramos el grito de sufrimiento de la vida y de la “tierra madre” en crisis debido a la explotación por parte de la humanidad. Laudato Si’ también nos ofrecía otra forma de vivir juntos, respetando y apreciando toda la creación como un regalo que Dios nos ha confiado. La visión de Laudato Si’ fue a la vez desafiante e inspiradora. No tenía todas las respuestas, pero nos mostró otra forma de pensar y actuar – la ecología integral – que podría llevar a encontrar soluciones y vivir vidas más en armonía con el mundo natural que nos rodea.

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Fratelli tutti aborda la misma forma integral de vivir y pensar, pero esta vez centrándose principalmente en las relaciones humanas, tanto a nivel personal como comunitario.

Ser humano es vivir en una rica, compleja y creativa red de relaciones sin la cual no existiríamos, ni seríamos capaces de realizar nuestra propia humanidad. Ser sostenido, y vivir en estas relaciones, no sólo nos trae muchas cosas buenas, sino que confiere responsabilidades. Sería un error pensar que estas responsabilidades son una limitación para nosotros. Más bien, se convierten en oportunidades para que expresemos nuestro cuidado y amor por los demás y, de hecho, por el planeta que es nuestro hogar. Es en estas relaciones morales y personales que nuestras vidas encuentran un significado y un propósito. Así como Laudato Si’ capturó la interrelación dinámica de toda la vida cuando habló de “una ecología integral”, así Fratelli tutti, captura la realidad interrelacional e interpersonal de lo que significa ser humano cuando habla de “fraternidad y amistad social”. Y juntas, mientras estas encíclicas nos presentan una imagen perceptiva y honesta de nuestro mundo roto y herido, también expresan una esperanza realista de que podemos cambiar. Podemos empezar a reparar nuestro mundo y, al hacerlo, repararnos a nosotros mismos.

Sabemos que eso no se va a hacer solo. Necesitamos amigos para este viaje, y también necesitamos hacernos amigos de los demás que están saliendo con nosotros. Cuando estamos divididos y pensamos que podemos lograrlo por nuestra propia cuenta, ya sea como individuos o como nación, es cuando fracasaremos.

Fratelli tutti enseña algo que no se puede encontrar en los libros de ciencias políticas o psicología, por muy perspicaces y sabios que sean. Enseña que nunca estamos solos porque siempre Dios está caminando con nosotros; a menudo sin ser visto, a veces llevándonos, a veces impulsándonos. Porque Dios ama tanto al mundo y quiere que tenga vida (Jn 3,16 ss.; Rom.8,31.) Cristo es la seguridad de que Dios no sólo está con nosotros, sino también por nosotros, y que nuestro trabajo conjunto nunca será en vano.

Fuente: Jesuits Global