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El 4 de octubre de 2020: el Papa Francisco ha publicado un nuevo y profundo documento, una carta dirigida a todos los fieles e incluso a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, sobre la fraternidad humana. Hemos pedido a uno de sus colaboradores más cercanos, el cardenal Michael Czerny SJ, que nos hable del significado de este importante documento dentro de la enseñanza del Papa. Lo hace con su propia sensibilidad. Como jefe de la “Sección de Migrantes y Refugiados” del Vaticano, puede ver cuánto necesita nuestro mundo actual más humanidad y atención a los marginados.

Después de escribir una encíclica sobre la ecología, en una época en la que era fuerte y claro el grito de alarma de la naturaleza. ¿Por qué el Papa elige este momento histórico para una encíclica sobre la fraternidad humana?

El grito de alarma de nuestra casa común sigue presente, y quizás resuena con más urgencia ante tanto desperdicio y enorme destrucción ambiental y humana, tal como lo está mostrando la COVID-19. Es probable que al escribir Fratelli tutti el Santo Padre nos llame a comprender que la única manera de vivir es reconocernos hermanos y hermanas todos, y actuar en consecuencia. Fratelli tutti puede ser un anuncio y un llamado a la esperanza, una luz que quiere disipar las sombras y abrir el mundo y nuestros corazones.

¿Por qué firmar una encíclica en Asís, en la tumba de San Francisco?

Al Papa Francisco le gusta de comunicarse no sólo con palabras, sino también con gestos que son señales que envía. Así que me gustaría devolver esta pregunta a cada lector: ¿Qué me comunica el Papa Francisco con la firma de este documento desde la tumba de Francisco, el santo, el reformador, el hermano de todos, de todas y de todo?

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¿Cuál es la fortaleza de esta encíclica?

La encíclica invitará “a todas las personas que llevan en el corazón la fe en Dios y la fe en la fraternidad humanaa unirse y a trabajar juntas, para que sea una guía para las nuevas generaciones hacia una cultura de respeto recíproco, en la comprensión de la inmensa gracia divina que hace hermanos a todos los seres humanos”. Está en consonancia con su Documento sobre la Fraternidad Humana publicado con ocasión de la visita papal a los Emiratos Árabes Unidos en febrero de 2019.

Fratelli tutti, el mismo título, contiene ya la propuesta: ser una fraternidad, reconocernos hermanos y hermanas, responsables unos de otros, llamados a detenernos ante los que sufren. Es decir, llamados no sólo a reconocernos como “vecinos” (prójimos), sino hermanos y hermanas. Creo que su fuerza reside en una “universalidad” que no pierde el contacto con “la persona individual” concreta, real, de aquí y ahora, en la familia, en la comunidad.

Francisco de Asís, hombre de fraternidad. ¿Se trata de un nuevo gesto de Bergoglio para confirmar el nombre que eligió?

No es un secreto la inspiración que provoca san Francisco de Asís en el Papa Francisco. Dos de sus tres Encíclicas recogen en sus títulos las palabras de este reconstructor, el santo pobre y fraternal. Recuerden lo que la imagen de Cristo crucificado le dijo al joven caballero: “Francisco – lo llamó por su nombre -, ve y repara mi iglesia, que se está cayendo en ruinas”. Más que un nombre, se trata de confirmar un modo de ser Iglesia que está en el corazón del Santo Padre, indicado varias veces como el camino sinodal. Es confirmar un horizonte de su pontificado trazado por el Concilio Vaticano II.

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¿Cómo pueden las tres primeras visitas del Papa Francisco a Asís haber inspirado la redacción de la encíclica?

Encuentros con la gente, con los discapacitados y niños enfermos, con los pobres, con las religiones… Oración, paz y diálogo y silencio son quizás las notas características de las tres visitas anteriores a Asís del Santo Padre. No sé si puedo decir que estas visitas inspiraron la redacción de la encíclica, o si más bien, expresan lo que está en el corazón del Papa Francisco. Lo que es cierto es que Asís es un lugar donde el Papa va a menudo, tanto en persona como espiritualmente.

¿Deben considerarse los sucesos de Lesbos, el incendio de un campo de refugiados, y demás atrocidades en otros lugares como un insulto a la fraternidad humana?

Estos eventos trágicos son un escándalo, son la expresión de la miseria a la que podemos llegar cuando nos vemos como extranjeros. Son la expresión de la peor versión de la humanidad. Hay que darnos cuenta no sólo del dolor de nuestros hermanos y hermanas, sino de la pobreza de nuestra respuesta, de la vergüenza de nuestra indiferencia, de la incapacidad de los gobiernos. Ante tan miserable fracaso, expresado y simbolizado por las ruinas quemadas de un campo de concentración, hay que darnos cuenta de que, al igual que en Auschwitz, Dios escucha el clamor de todas estas personas y nos llama, nos llama a responder con Él a esta tragedia, así como a las muchas, demasiadas tragedias que caracterizan nuestro tiempo. Roguemos que Dios nos regale escucha, sensibilidad, penitencia, creatividad, misericordia, caridad y justicia para nuestros hermanos y hermanas.

Fuente: Jesuits Global