Clemens Blattert es el responsable de la promoción vocacional de la Provincia de Alemania. En el ejercicio de ese cargo, se ha dirigido al Consejo Ampliado del Padre General. Entró en la Compañía de Jesús en 2003 y ahora tiene 42 años de edad. Acaba de atravesar la última etapa de formación llamada Tercera Probación y, como él mismo dice, se siente lleno de entusiasmo. En 2015, su Provincial le pidió que se dedicara a la promoción vocacional. Le dijo: “¡No sabemos cómo hacerlo! ¡Así que piénsatelo y haz lo que quieras!” Clemens estimó que eso era exactamente lo que él esperaba de su superior: dicha libertad le daba energía.
En la capellanía de la universidad a la que estaba destinado en Frankfurt, preguntó a los jóvenes qué esperaban de un sacerdote a su servicio; ¿esperaban que les hablara de “vocaciones”? La respuesta fue casi unánime: necesitaban un tiempo y un lugar de silencio en medio de su estresante vida cotidiana, un espacio para tomar distancia, para “discernir”. Sí. Habían usado esa palabra de nuestra tradición.
Ese tipo de respuesta alentó mucho a Clemens. Le damos la palabra: “¡Fue fantástico! De hecho, me pedían que diera, en retiros, los Ejercicios Espirituales – sin usar esas palabras. Así que monté una casa a la que puse por nombre “Taller para tu futuro”. Fue un éxito desde el principio, y lo ha sido desde entonces. Y aún más recientemente, después de esta crisis del coronavirus, se podía pensar que la gente había estado aislada, sola, durante suficiente tiempo, que no querría una experiencia de silencio. Bueno, en realidad no es así. Al contrario, tenemos aún más inscripciones.
Mi papel es llegar a ver cómo involucrar a Dios cuando una persona se interroga sobre su futuro. La vocación no es principalmente un llamamiento al tipo de trabajo que quiero hacer, sino que es sobre todo llegar a identificar cómo quiero vivir mi vida de modo que me sienta efectivamente realizado. Nuestros programas facilitan un espacio de libertad en el que los participantes pueden comenzar el proceso de clarificación de su vocación.”
Seamos realistas… ¿hay mucha gente que se plantea el tipo de proyecto jesuítico? ¿Los que frecuentan las capellanías no son ‘los nostálgicos’ de una Iglesia del pasado, como se ha visto en algunos países? A eso, Clemens responde que, si es verdad que en Alemania los jóvenes con los que él se encuentra generalmente tuvieron un ambiente católico en su niñez – y a menudo perdieron esa conexión más tarde – en la actualidad no miran hacia atrás. “Esto puede haber sido así hace diez años, bajo el anterior pontificado, pero ya no hoy en día. En cambio, les mostramos que para ser católico hoy en día, no es necesario volver al siglo XIX. El encuentro con Dios ha de ser con la persona que soy hoy; puedo conectarme con Él, tener nuevas perspectivas, participar en su obra. La espiritualidad ignaciana conduce a eso y es muy convincente.”
Ahora bien, en realidad, ¿Clemens promueve, sí o no, las vocaciones a la vida religiosa jesuita? “Concretamente, casi nadie se me acerca con preguntas sobre la vida religiosa jesuita. Pero eso puede llegar cuando nos conozcan mejor como personas. Así que he continuado el excelente trabajo de mis predecesores, con la página web sobre la vocación jesuita, los días de discernimiento, la presencia en el movimiento MAGIS. También organizamos experiencias como campamentos en la naturaleza con los que han dado pasos y son candidatos a la Compañía. Y entre las cosas que mejor funcionan es escuchar las historias de vocación, especialmente de los compañeros mayores. Los jóvenes se dan cuenta entonces de que es posible vivir toda una vida en el camino de la vida religiosa y… ¡que puede ser gratificante!”
¿Qué dice este “joven jesuita” sobre el pequeño número de entradas? Al escuchar otra manera de ver en el Consejo ampliado, se sintió muy reconfortado. Comprendió que en los niveles más altos de la Compañía, hay una forma de libertad con respecto a la cuestión de los números. En su opinión, el pequeño número de jóvenes jesuitas tiende a sobrecargarlos; a veces incluso se les condena al agotamiento. Para Clemens, es un buen síntoma que quien asumirá la responsabilidad de la nueva Provincia de Europa Central – a la que pertenecerá Alemania – recuerde que Ignacio había pensado en una congregación religiosa de unos sesenta compañeros… y que dentro de veinte o treinta años sería muy posible que unos sesenta jesuitas hicieran gran bien en Europa Central. Es un camino de aprendizaje de la libertad.
Y concluye diciendo: “Me siento feliz de promover la vocación a la Compañía de Jesús, feliz de ayudar a los jóvenes a encontrar un camino de realización. Siento que Dios está vivo y que me apoya en este trabajo. Lo que nos importa no es principalmente la Compañía como institución; lo que nos importa es el Dios vivo. ¡De eso se trata!”
Fuente: Jesuits Global