Las PAU invitan a la formación a ser dinámica
La Compañía de Jesús ha sido dinámica ya desde sus comienzos. Fieles a su espíritu dinámico, las cuatro Preferencias Apostólicas Universales (PAU) se hacen eco precisamente de ese dinamismo. Van a desencadenar un proceso de revitalización y creatividad apostólicas, típico del dinamismo de la Compañía para hacernos mejores servidores de lamissio Dei. Quisiera compartir aquí cómo deseamos responder a los retos de las PAU desde el sector de la formación de Asia meridional.
Fundamentados en los Ejercicios Espirituales y en el discernimiento
La primera preferencia, «mostrar el camino hacia Dios mediante los Ejercicios Espirituales y el discernimiento», invita a los jesuitas en formación (a los que llamamos «formandos») a poner su fundamento en Dios mediante los Ejercicios y a crecer como hombres de discernimiento. Los Ejercicios son una forma, específicamente ignaciana, de experimentar a Dios en Jesús, que es el centro de atención de los Ejercicios. Eso capacita a los formandos para desarrollar y hacer crecer en ellos el amor apasionado por Jesús. Avanzar en la práctica del discernimiento los ayudará a tomar buenas decisiones en su vida como jesuitas.
Solo si un formando crece en esa profundidad espiritual, podrá mostrar a otros jóvenes el camino hacia Dios de manera creíble. Hemos preparado un programa gradual de espiritualidad ignaciana, que será puesto en práctica a partir de junio de 2019 en las diferentes etapas de la formación. Este programa facilita a nuestros formandos una familiaridad constante con los Ejercicios y con el discernimiento. La primera preferencia confirma, y a la vez impulsa con fuerza, nuestro programa de espiritualidad.
Radicalizar nuestra cercanía con los pobres
La preocupación por los pobres recibió una atención inequívoca a partir de la Congregación General 32, poniendo el énfasis en la integralidad de la fe que hace justicia. Esto inspiró a nuestro sector de formación a renovarse, incorporando la inculturación, la sensibilidad hacia el contexto y la inmersión en la vida de los pobres, al centrarse en la «formación en misión». Sin embargo, a lo largo de los años esto se ha ido diluyendo en la práctica y la formación en misión se ha convertido en algo meramente programático, pero no demasiado transformador. Como resultado, muchos de nuestros formandos no se ven tocados de manera radical por las vidas de los pobres, y tienden a situarse con facilidad en zonas de confort.
En este escenario, la segunda preferencia, «caminar junto a los pobres», constituye sin duda una llamada de atención a nuestra Asistencia de Asia meridional para reafirmar y renovar la formación en misión. Hacerse más cercanos a los pobres significa salir a las periferias de la sociedad, algo a lo que el papa Francisco constantemente nos desafía.
Nuestra relación con los pobres debe permitir que seamos tocados y transformados. Los pobres no son meros objetos de nuestra misión sino sujetos de la revelación de Dios. Como el papa Francisco ha escrito: «Estamos llamados a descubrir a Cristo en ellos, a prestarles nuestra voz en sus causas, pero también a ser sus amigos, a escucharlos […] y a recoger la misteriosa sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través de ellos» (Evangelii gaudium, 198). A esta nueva luz, la Asistencia revisará y revitalizará nuestra cercanía con nuestros pobres en las diferentes etapas de la formación. Quien no ha cultivado durante la formación el amor por los pobres no puede ser jesuita y mucho menos servidor de la misión de Cristo.
Acompañar a los jóvenes con creatividad
La mayoría de los jesuitas de Asia meridional se relacionan con miles de estudiantes a través de las instituciones educativas. Mientras que la formación académica es el principal centro de atención, la formación integral para ayudar a nuestros jóvenes a convertirse en personas y ciudadanos responsables no recibe toda la atención que debería. La tercera preferencia, «acompañar a los jóvenes en la creación de un futuro esperanzador», es ciertamente un aldabonazo a nuestra formación para preparar a nuestros formandos de modo que acompañen a los jóvenes creativamente. Con esa actitud proactiva, el sector de formación ofrecerá a los formandos oportunidades para relacionarse más con jóvenes tanto rurales como urbanos, organizados y no organizados, que puedan ayudarlos a entender mejor el cambio epocal que estamos viviendo y su novedad preñada de esperanza.
Sensibilidad ecológica para una formación contracultural
La degradación ecológica es tanto social como medioambiental y afecta a todos, especialmente a los pobres. La cuartapreferencia, «colaborar en el cuidado de la Casa Común», nos impone la obligación ética y espiritual de inculcar en los formandos una reverencia y una responsabilidad por el cuidado de la tierra. Hoy día todos estamos fuertemente confrontados por una cultura de consumismo. La preocupación ecológica nos exige un estilo de vida diferente, que nos invita a estar cercanos a la madre tierra y a cuidarla evitando aquellas prácticas, costumbres o hábitos nuestros que la dañan. La creación de sensibilidad ecológica en nuestras casas de formación, la práctica del trabajo manual, mantener verde el recinto, la educación ecológica, la oración en la naturaleza y a través de ella, la promoción de cultivos ecológicos, la gestión de las aguas residuales, el uso de energía solar, la prohibición total del plástico, el control de los residuos electrónicos, la realización de estudios superiores medioambientales… Todo esto ha de encontrar un espacio adecuado en nuestra formación para promover una cultura del cuidado y la reverencia hacia nuestra casa común.
La formación en la próxima década
Implementar esto requiere una conversión a nivel personal, comunitario e institucional. La conversión exige que realicemos cambios no solamente en otros sino también en nuestras vidas personales, porque la vida es misión y la misión es vida. Las comunidades de formación tienen que hacer planes de acción viables para integrar las PAU en la formación. El necesario compromiso de cada formador y cada formando puede implementar las PAU creativamente para hacer que la formación en la próxima década sea más dinámica, creativa, cercana a los pobres, contracultural, amiga de la juventud y preocupada por la creación.
[Artículo de la publicación “Jesuitas – La Compañía de Jesús en el mundo – 2020”, por Raj Irudata SJ]
Fuente: jesuits.global